EN LÍNEA DEPORTIVA
Pepe Hanan
Durante el “futbol de estufa” y a lo largo de dos meses, los equipos de futbol en nuestro país se convierten en un papalote de especulaciones: que si viene fulano, que si se va sutano, y así ocurre prácticamente en todos los equipos.
En el caso específico del Puebla, esta situación se vuelve más evidente y dramática debido a la falta de información que impera al interior del club.
Si usted analiza, se dará cuenta de que esta directiva se ha convertido en una especie de avestruz, es decir, nadie saca la cabeza por miedo a ser criticado o cuestionado.
Tenemos a un dueño que no es el dueño, un director general que opera pero que está rodeado de enemigos dentro del club, un director deportivo que trabaja con las sobras y contratos leoninos que le dejaron, lo que le da poco margen de maniobra, y un “dizque” director de negocios que parece trabajar más para él y su círculo cercano.
Además, un administrador del estadio que opera a control remoto desde las lujosas oficinas de Lomas de Angelópolis, paseándose por la ciudad en autos de lujo acompañado de las chicas de marketing, y una jefatura de prensa que se mueve solo para complacer a quien le paga, dejando claro el nombre de quien manda en el club.
Con este panorama, usted comprenderá que nadie quiere exponerse al escrutinio público, razón por la cual la información de interés para el aficionado simplemente no fluye, y las especulaciones están a la orden del día.
Sin embargo, todo tiene un punto de quiebre, y este llegó justamente al momento en que usted, amigo lector, está leyendo estas líneas: el inicio del torneo jugando como visitantes en Monterrey frente a los Rayados.
Lo que suceda en ese encuentro será tema para otro momento, pues por cuestión de tiempos en los periódicos impresos no podemos esperar más.
No obstante, este será un buen momento para saber si todo lo que se mencionó durante los últimos 60 días tiene fundamentos o fueron simples petardos.
Que si Diego de Buen no será considerado de manera constante por el director técnico Pablo Guede, que Pablo González podría correr la misma suerte, que se priorizará jugar con jóvenes para complementar la escuadra, que no todos los extranjeros serán titulares, y que solo algunos tendrán peso en el equipo.
Que, ante la baja de Lucas Cavallini para este torneo, el técnico pretende traer al mediocampista Franco Moyano, de Argentinos Juniors, a quien ya dirigió en el país sudamericano.
Que la salida definitiva de Gastón Silva podría mejorar el ambiente interno en el vestidor, etcétera.
Dudas y cuestionamientos como los mencionados se aclararán a la brevedad, justo cuando llegue la hora de la verdad.
El funcionamiento del equipo, el resultado del primer partido en la Sultana del Norte y todo lo que rodea a una escuadra que cada vez es más difícil vender hacia afuera, tanto para la directiva en la venta de boletos y accesos como para los medios de comunicación en su esfuerzo por captar la atención de
los lectores, radioescuchas o televidentes.
Años de mentiras, cuentos y pésimos equipos han terminado por lastimar a la afición poblana, logrando su cometido. Los resultados están a la vista.
Aun así, me quedo con una frase que escuché el sábado pasado en el programa radiofónico En Línea Deportiva, que decía: “El viernes botánero es tan buen negocio para la televisora del Ajusco que no es necesario siquiera reforzar a sus equipos (Puebla y Mazatlán)”.
Cuánta verdad en esa frase.
Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.
Hasta la próxima.