Ni más ni menos
Jorge Luis Hernández / [email protected]
Mientras muchos aficionados y comentaristas deportivos –no me incluyo–, siguen muy molestos por el pobre nivel que ha mostrado la Selección Mexicana en los últimos meses, en diferentes competiciones y con diferentes jugadores, otros preferimos hacer un análisis más a fondo y menos visceral de la indudable crisis que está pasando el futbol mexicano, no sólo a nivel de selecciones, sino en el torneo casero, en el que cada vez se abre más una brecha económica y de exigencias, que impiden y merman la aparición de futbolistas mexicanos con un gran nivel competitivo.
Para nadie es una novedad que lo tiempos de los Campos, Ambriz, Bernal, García Aspe, Hernández, Galindo, Ramírez, Blanco y Márquez han quedado atrás, esos tiempos donde el Tricolor goleaba –con calidad y ambición– a combinados que en verdad sufrían las eliminatorias en México, ya sea en el Estadio Azteca o cualquier otra cancha del país.
Cierto, los rivales han aumentado su nivel, cuentan con futbolistas que militan en clubes europeos, ya sea por la migración de sus familias al viejo continente, al ser colonias de países como Inglaterra, Francia, Países Bajos o Portugal –como el caso de selecciones caribeñas–, o por convenios comerciales como la MLS, que envía a sus jóvenes prospectos a clubes europeos para que allí desarrollen su talento, como el caso del estadounidense Christian Pulisic y el canadiense Alphonso Davies, quienes fueron captados por clubes europeos –Borussia Dortmund y Bayer Munich, respectivamente–, gracias a convenios que la Liga de los Estados Unidos tienen con algunas europeas, como la Bundes Liga de Alemania.
Por eso es que Estados Unidos y Canadá han mejorado en cuanto a sus selecciones, porque a nivel clubes siguen estando un escalón o dos debajo de los mexicanos, según la estadística y los enfrentamientos entre estos clubes en los últimos cinco años, favoreciendo con 57% de los triunfos a conjuntos mexicanos, por 22% de empates y sólo 21% de victorias de las escuadras de la MLS –incluidos los equipos canadienses–.
¿Que, como vamos, nos pueden superar? Claro, pero sus aciertos se han combinado con nuestros errores, por lo que el futbol mexicano se está rezagando, pero no por falta de calidad en el jugador nacional, tampoco por el pobre nivel de la Liga MX, como muchos aseguran, si no por la falta de ambición y competitividad, a la que el jugador mexicano se está acostumbrando.
Cierto es que muchos –ahora sí me incluyo– quedamos decepcionados tras el nombramiento de Diego Cocca como entrenador del Tricolor, con todo respeto al trabajo del argentino en nuestro país, pero todos sabemos que su designación obedeció más a un tema de tener ‘un técnico controlable’, que a la de un técnico capaz y experimentado –allí entraba Guillermo Almada–.
Sin embargo, ya siendo el técnico del combinado mexicano, le puedo decir que sea quien sea el timonel, nada va a cambiar si la materia prima, los jugadores, están pasando por una crisis profunda, en la que muchos de ellos se encuentran en su zona de confort, ganan muy bien, compiten en un club que les da todo y en el cual no sienten necesidad de moverse, privilegiando el aspecto económico y lo extrafutbolístico.
Claro, ¡todos trabajamos por dinero!, todos los buscamos, pero en el caso del futbolista, muchos de ellos son mal aconsejados por un mal innecesario del futbol mexicano, los famosos representantes o promotores. Que los hay en todo el mundo, sí, pero no tan peculiares como los de nuestro país, ya que gracias a estos personajes el jugador mexicano se encarece para los clubes de nuestro país y para los de otras ligas del mundo.
Dirigentes de equipos del futbol español, alemán o neerlandés los han señalado: el jugador mexicano es muy caro y, sinceramente, no son muy conocidos en Europa, entonces, no es un muy buen negocio para nosotros.
Diego Lainez es la muestra de lo que representa que te aconsejen mal, teniendo todo para labrar una carrera exitosa en el viejo continente, prefirió regresar a México para ganar mucho dinero, dejando de lado el crecimiento futbolístico, pues para tener el mejor nivel se debe competir con los mejores y ellos están en las Ligas Europeas de élite Los que juegan en México se ocupan más por estar a la moda, por las parrandas y los seguidores en redes sociales. En los últimos años hemos sido testigos de casos de indisciplinas de jugadores que se van de fiesta, unas horas antes o después de cada concentración, sí, el futbolista en Europa también lo hace, pero insisto, compiten en otro nivel y lo saben, por lo que el que reincide terminantemente se va, si no, pregunten a Ronaldinho.
Aunado a eso, La Liga MX y su exigencia impide que los jugadores jóvenes puedan aparecer con más frecuencia, pues la brecha económica de los Tigres, Rayados, América o Chivas nada tienen que ver con los Puebla, Querétaro o San Luis.
Sí, en nuestra Liga cualquiera le gana a cualquiera, pero los que aspiran al título son los de siempre.
Por eso los entrenadores prefieren apostar en sus cuadros titulares por los jugadores no formados en México, para poder competir con los de arriba, con la falsa creencia –a veces por mandato directivo o del representante– de que el extranjero es mejor que el mexicano.
Muchos piden a Cocca que renueve al Tricolor, es decir, que haga el cambio generacional, pero… ¿con quién? De verdad, ¿hay mejores que los que se pone en la actualidad?
De eso le hablo en la siguiente entrega, hasta la próxima.