La vida entre planos, diseños y el maratón. Mary Tere Cruz es una arquitecta poblana que tiene su propio despacho y genera proyectos por su cuenta, además de ser una maratonista de élite en México que tiene como objetivo correr las mejores pruebas del mundo.
Comenzó con la natación, pero un día, gracias a su papá, conoció las pruebas de resistencia de atletismo, lo cual cambió su vida para siempre. Ahora lleva once años corriendo, período en el que se ha consolidado como una de las mejores poblanas.
Su meta es obtener la medalla de finisher de los seis maratones majors en el mundo, aunque su objetivo de vida es hacer deporte durante toda su vida, además de mantenerse como una mujer integral.
DE LA ALBERCA A LAS PISTAS
Desde muy pequeña, junto a su hermana, se sumergió en el deporte, aunque fue en las albercas donde desarrolló su espíritu competitivo, así como la fuerza física y mental necesaria para destacar.
“Desde pequeñas, nuestros padres nos enseñaron a hacer ejercicio. Desde los siete nos inscribieron en una escuela de natación y fue allí donde comencé. Crecimos haciendo ejercicio juntas e, incluso, competíamos entre nosotras. Pasamos mucho tiempo nadando, siempre después de la escuela. Luego, en la secundaria, entré al equipo de atletismo e inicié con la prueba de mil 500 metros planos. Esa fue mi primera aproximación al running. En la preparatoria formé parte de los equipos de futbol, basquetbol y voleibol, y pasaba todo el día haciendo ejercicio porque, al mismo tiempo, continuaba nadando”, comentó.
AMOR A PRIMERA CARRERA
Siempre estuvo cercana a la actividad física durante su vida estudiantil, pero fue hace 11 años que descubrió el deporte que cambió su vida gracias a una invitación de su padre para que lo acompañara en una prueba.
“Me acerqué al running gracias a mi padre hace 11 años, en 2012. Me llevó a una carrera de cinco kilómetros. No sabía nada sobre ello y creí que no me iba a gustar, pero después de esa vez me enamoré. Completé la carrera y me sentí súper bien. Me parecía increíble que hubiera tanta gente y quedé fascinada”, dijo.
DEBUT INOLVIDABLE
Consciente de lo exigente que es la prueba de maratón, se tomó cuatro años para prepararse y correr los 42.195 kilómetros de la prueba, y lo hizo en un escenario inigualable: en la Ciudad de México.
“El running te va llevando al maratón. Ya había corrido carreras de diez kilómetros y, después de un tiempo, había participado en infinidad de medios maratones. Pero, cuatro años después de que empecé a correr, estuve preparada para correr mi primer maratón en Ciudad de México y me encantó. Me enamoré de la prueba porque me reta. Hablar de él me dan ganas de llorar. No lo cambiaría por nada. Por eso intento hacer dos maratones cada año y disfrutar del proceso de preparación, que dura aproximadamente cinco meses. No me veo haciendo otra cosa”, declaró.
EL MARATÓN DE BERLÍN
Ya inmersa de lleno en este apasionante reto, en 2022, mientras vivía una evolución integral, se preparó para participar en uno de los maratones majors, en la capital alemana. Esto implicó invertir dinero, esfuerzo y, sobre todo, compromiso.
“Para Berlín, entré por sorteo y tuve la suerte de ser seleccionada. Esto implicaba un esfuerzo y una inversión económica mucho mayor. Por eso me comprometí por completo. Vi cambios en todos los aspectos de mi vida. Trabajo por cuenta propia, tengo un despacho de diseño llamado AMC Estudio. Comencé hace tres años y he ido viendo un crecimiento paulatino. La preparación para Berlín me ayudó a ver los cambios en mi vida en general. Además de estar en buena forma física, me convertí en una mujer integral. Todo esto se reflejó durante la prueba, me sentí como si todas las estrellas se hubieran alineado. Logré un tiempo de 3 horas y 11 minutos, lo cual me ayudó a clasificar para Boston y Nueva York”, apuntó.
LLORAR EN LA PUERTA DE BRANDEMBURGO
Con la satisfacción de haber logrado un maratón, en los últimos metros simplemente se dejó llevar por sus sentimientos y liberó toda la carga de emociones que había acumulado durante los cinco meses de preparación.
“Pude disfrutarlo todo, no experimenté el famoso ‘muro’ (la barrera psicológica y física que pueden tener los corredores). Pude mantener el mismo ritmo toda carrera. Mientras me acercaba a la Puerta de Brandemburgo, escuchaba los vítores y eso me motivaba, porque sentía que había logrado la perfección en mi trabajo. Fue una serie de emociones. Pensé en todo. Al cruzar la meta, levanté las manos y comencé a llorar. Fue muy hermoso. Mi tiempo me ubicó en el top 15 de las mexicanas en la edición de 2022”, recordó.
CHICAGO, SIGUIENTE PARADA
María Teresa Cruz es un ejemplo de voluntad, pues detrás de sus logros están los sacrificios de entrenar seis días a la semana y combinar su vida deportiva con la laboral, pero todo esto lo hace para alcanzar su gran objetivo.
“Quiero hacer todos los majors (Tokio, Londres, Chicago, Boston, Berlin y Nueva York), quiero mi medalla de Six Star Finisher. Este año corrí el maratón de LaLa y mejoré mi dos minutos menos y eso me coloca en un grupo muy específico a nivel nacional. Voy a seguir mejorando mis marcas y ahora estoy iniciando la preparación para el Maratón de Chicago. Después de los majors quiero hacer el Ironman porque de algo estoy segura, voy a hacer ejercicio toda mi vida”, finalizó.