“No, jamás me subiría al ring con miedo, soy una persona muy sana que ama el deporte, que lo llevo en la sangre”, era el pensamiento de Toro Bill Jr. quien con su repentina muerte, provocó un profundo luto en la lucha libre poblana.
Con más de 20 años de carrera en los encordados y heredero de uno de los luchadores más destacados que ha tenido Puebla como Toro Bill padre, este gladiador perdió la vida en donde vivió varias noches emocionantes, en la Arena Puebla.
Su compañero de profesión, aunque rival en mil batallas arriba del ring, Asturiano, fue quien estuvo junto a él en sus últimos momentos ya que estaban en el vestidor cuando sufrió el ataque al corazón, e intentó reanimarlo con los primeros auxilios, pero no lo logró.
“Me siento privilegiado por ser su hermano por elección, siempre me lo decía que fui el hermano que nunca tuvo y que era su ejemplo a seguir, por eso siempre lo traté de ayudar dentro y fuera del ring, ver morir a un hermano es lo más difícil”, dijo Asturiano.
La segunda lucha de la cartelera en la que hizo pareja con Prayer saliendo victorioso ante Asturiano y Millenium que la última de Toro Bill Jr., que al terminar su contienda se dirigió a los vestidores y comenzó a sentirse mal.
La Arena Puebla es el recinto en el que se presentaba con frecuencia, también luchaba en otros lugares independientes como la Arena Coliseo San Ramón, la Arena Coliseum en Chachapa, y gimnasios fuera del estado.