Heredero de uno de los luchadores más destacados que ha tenido Puebla, Toro Bill Jr. goza de una larga trayectoria en los encordados que le ha permitido posicionarse en el gusto del público, pero la contingencia sanitaria lo tomó por sorpresa, por lo que, al no haber funciones ni ingresos decidió comenzar a vender cubrebocas personalizados.
La Arena Puebla es el recinto en el que se presenta con frecuencia, aunque otros lugares independientes como la Arena Coliseo San Ramón, la Arena Coliseum en Chachapa y gimnasios fuera del estado también le han abierto las puertas para mostrar su calidad. Sin embargo, como todo luchador profesional no cuenta con un salario fijo y está a expensas de los encuentros en los que lo programen, pero como desde el 15 de marzo no hay actividades deportivas, tuvo que buscar otra forma de sustento.
“Me ha afectado mucho porque estás acostumbrado a ganarte el pan arriba de un ring, ahorita no hay entradas de dinero, en mi caso estoy acostumbrado a trabajar duro en el gym, porque una parte de ti es el personaje al que le das vida, que se alimenta de la pasión de los aficionados, una energía que el luchador necesita para estar contento, feliz y pleno”, señaló.
Agregó que esta situación ha golpeado al gremio luchístico por igual.