Ni Más Ni Menos
Jorge Luis Hernández / [email protected]
Nadie puede quitarle el beneficio de la duda a Eduardo Arce y los refuerzos, aquí el asunto es que al dueño del Puebla no le interesa que esta escuadra vaya más allá, total, con vender Franjabonos, tener patrocinadores y comercializar dos o tres jugadores el negocio es re-don-do, sobre todo porque al ser un equipo con una afición acostumbrados al sufrimiento y las pocas aspiraciones, pues con frases marketineras de ‘El Pueblota’, ‘Hijos de su enfranjadísima’ y ‘Con poco hacemos mucho’, tienen más que asegurado el negocio
Es la pregunta que gran parte de la afición de La Franja se ha hace a sólo un día de que se dé el debut del cuadro poblano en el Clausura 2023, ante Pachuca.
La sorpresiva salida de Nicolás Larcamón, de la dirección técnica del Puebla, fue el inicio del mar de dudas que se ha convertido el provenir camotero, pues en gran medida el trabajo y personalidad del estratega argentino, mantenían a flote el ánimo de la afición, misma que reprobó la salida de Larcamón por las formas y los dichos, pues el hoy técnico del León aseguró que tomaría unos meses de descanso, cuando en realidad está más que arreglado para llegar con los esmeraldas.
Posteriormente comenzaron a darse a conocer las salidas –buenas ventas por parte de la directiva, por cierto– de Jordi Cortizo, quien se fue a Rayados; Maximiliano Araújo, al Toluca; y la que ya estaba pactada desde hace meses, la de Israel Reyes al América; por lo que el desánimo comenzó a llegar a gran parte de los seguidores franjiazules, pues los refuerzos nada más no llegaban.
Después se anunció el regreso de Daniel Álvarez, la incorporación del uruguayo Facundo Waller, pero aún así los arribos antes mencionados no prendieron la ilusión de los poblanos; el nombramiento del otrora auxiliar técnico de Larcamón, Eduardo Arce, como nuevo estratega, terminaron por generar más dudas entre los aficionados, los cuales cuestionan el poco interés que, bajo su perspectiva, tiene la directiva o mejor dicho, los dueños del Puebla, sobre reforzar al equipo para que este pueda ser un contendiente al título.
Y cierto es que este Puebla ha dado satisfacciones a su gente en los últimos torneos: liguillas consecutivas, buena cosecha de puntos que se tradujeron en olvidarse en pagar multas por el descenso, buenas sensaciones futbolísticas y, lo más importante, venta de jugadores que han significado unos muy buenos dólares, pero esto a un sector de la afición poblana ya les sabe a poco.
Y es precisamente el último punto, el de la venta de jugadores el que la afición reclama a su directiva, pues ese dinero simplemente no se refleja en refuerzos de calidad, inversión para el club o sus categorías inferiores, vaya, ni para la escuadra femenil que, dicho sea de paso, sufre torneo a torneo.
Eso sí, la fórmula que busca la ya citada directiva es la de dar oportunidad –otra vez– a un joven y desconocido entrenador, así como ha jugadores que buscan revalorizarse en su andar con el equipo, después de todo, y por lo hecho en torneos anteriores, todo parecería indicar que merecen el beneficio de la duda, pero hay ciertas señales que indican que la afición tiene argumentos de sobra para no estar tan emocionados esta vez.
Nadie puede quitarle el beneficio de la duda a Eduardo Arce y los refuerzos, aquí el asunto es que al dueño del Puebla no le interesa que esta escuadra va ya más allá, total, con vender Franjabonos, tener patrocinadores y comercializar dos o tres jugadores el negocio es redon-do, sobre todo porque al ser un equipo con una afición acostumbrados al sufrimiento y las pocas aspiraciones, pues con frases marketineras de “El Pueblota”, “Hijos de su enfranjadísima” y “Con poco hacemos mucho”, tienen más que asegurado el negocio.
Por lo que este Puebla está para tratar de sorprender, tratar de ser revelación y vender uno o dos jugadores al finalizar el torneo, porque a su directiva –excluyo a Poblete– no le importa nada más y menos lo que usted suelta y anhela, lo escribe un servidor, lo avalan ellos con sus acciones.
¿Usted qué opina?