El gigantesco Maracaná, vacío. Y apenas unos cuantos espectadores están en el primer partido, después de que el fiscal de la desinfección revisa el corazón futbolero de Brasil, en un intento de cerrarle paso al COVID-19.
El tenis con sus figurones, tuvo su buena apertura esta semana en Australia; los gestos de Dominic Thiem lo dominan todo.
Y Europa futbolera hierve frente al televisor.
Las muecas y los bailes y los signos se extrañaban en tiempo real y en repetición.
El deleite de Vinicius Junior, la celebración de Sergio Ramos y Eden Hazard, el puño arriba de Karim Benzema tras su golazo. Los amateurs que aún no pueden regresar a canchas y campos viven a través de los ídolos las hazañas frente a redes y balón.
En Córdoba, España, bajo estas líneas, una manifestación ocupa las calles para pedir que se abran los ruedos. Los aficionados y un puñado de gente que vive de los toros revive la controversia alrededor de la fiesta brava.
¿Y quién de líder, si no era Manuel Benítez “El Cordobés”?