La ciudad que le abrió la puerta en 1994 para mostrar su calidad como jugador en México, ahora lo vuelve a recibir para tener el reto más importante en lo que lleva de carrera como entrenador. Rodrigo Pony Ruiz regresa a Puebla 26 años después para dirigir a Lobos BUAP, equipo al que buscará regresarle la felicidad que le fue robada hace un año.
El nacido en Santiago de Chile, hace 48 años, es considerado uno de los futbolistas extranjeros que mejor rendimiento ha mostrado en el balompié nacional en los últimos años, pero sí pudo hacer carrera en México fue gracias a que el Puebla de La Franja se fijó en él en 1994 y lo contrató como uno de sus refuerzos, aunque llegó con perfil bajo.
Comenzó a llamar la atención gracias a la potencia en piernas y habilidad para quitarse rivales, por lo que la afición camotera sólo pudo disfrutarlo durante dos años, tiempo suficiente para ganarse su cariño. En 1996 fue fichado por Toros Neza.
“Puebla es una ciudad especial para mí, aquí fue a donde llegué hace 26 años para jugar en el futbol mexicano y la verdad es que siempre me han tratado bien, los aficionados me quieren y tengo grandes recuerdos”, dijo.
Y si en la capital poblana inició su historia de ensueño con México, el Pony quiere que sea aquí mismo donde lo reconozcan, pero por su labor en el banquillo, que ahora lo idolatren por lo que haga como técnico de la Jauría en la Liga de Balompié Mexicano.
“Mi etapa como futbolista fue muy bonita, di lo mejor y los aficionados me lo reconocen, pero eso ya quedó atrás, ahora estoy en otra faceta y quiero que se hable de mi equipo, no de lo que hice como jugador”, apuntó.
Puebla le cambió la vida a Ruiz transformándolo de un desconocido a una figura del futbol mexicano; ahora él quiere retribuirlo devolviendo un equipo ganador, un Lobos BUAP que se haga respetar por su despliegue en la cancha.
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“Sé que aquí hay mucha afición y de la buena, también entiendo que quedaron dolidos por lo que pasó el año pasado (con la venta), pero este es un equipo nuevo y lo único que podemos hacer es generarles la satisfacción, que se sientan orgullosos de lo que vean en la cancha”, apuntó.
Fue el 11 de junio de 2019 cuando se concretó la venta de los universitarios para ser Bravos de Juárez, derivando en su desaparición y la pausa a una historia que arrancó en 1967 con Los Carolinos y que resurgió en 1996 con el nacimiento de Lobos BUAP como una escuadra de Segunda División.
Pero el 18 de junio de 2020 arrancó la llamada Nueva Era de la Jauría, con una franquicia que competirá en el circuito alterno a la Liga MX, la Liga de Balompié Mexicano donde el nombramiento de Pony Ruiz como su técnico fue el golpe sobre la mesa con el que quisieron anunciar que están de vuelta.
“Es un gran reto para mí, ya llevo cuatro años como técnico, pero esto es Primera División, es la oportunidad que estaba esperando y quiero demostrar que estoy capacitado, que podemos conformar un buen plantel y que lo haga bien en la cancha”, apuntó.
Con el renacimiento del club, la construcción se empieza de cero, ya que por ahora no cuentan con futbolista alguno, por lo que Rodrigo y a la directiva encabezada por Guillermo Aguilar, como presidente, y sobre todo con Jaime Navarro, el director Deportivo, deberá coordinarse para la contratación de futbolistas.
Debido al tope salarial que maneja la LBM de 150 mil pesos al mes por jugador, se vislumbra complicado que los clubes puedan contratar estrellas, aunque para Lobos BUAP el chileno-mexicano no desestima la posibilidad de algún fichaje bomba, siempre y cuando llegue con buena actitud.
“Yo no le cierro la puerta a nadie, ahorita estamos en la etapa de la confirmación del plantel y estamos buscando opciones y todo es posibilidad, pero para los jugadores que vengan, deberán hacerlo con las ganas de aportar”, apuntó.
En ese mismo tenor, el ahora timonel vería con buenos ojos que regresen elementos que ya hayan jugado con los universitarios en su etapa de la Liga MX y Ascenso MX, como César Cercado o Jorge Cholo Ibarra, quienes con la desaparición de la Liga de Plata están sin empleo.
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“Yo sé que hay jugadores que hicieron historia en esta institución, y que nos serían de gran ayuda, pero no hemos definido nada, tenemos que adaptarnos al presupuesto y a las necesidades del club, pero claro que un entrenador quisiera tener a buenos futbolistas y con experiencia”, señaló.
Desde que se retiró en 2013, Rodrigo Ruiz no ha dejado de jugar futbol, ya que se ha acercado a diferentes ligas amateur donde sigue demostrando que, a pesar de la edad, su calidad sigue intacta.
Esta inmersión en el mundo de la talacha le ha permitido conocer a infinidad de futbolistas quienes, por diferentes circunstancias, no juegan profesionalmente, pero que tienen las capacidades como para competir en el ámbito profesional, por lo que tampoco desecha la idea de sumar elementos del llano.
“La realidad es que yo no tomo decisiones sólo aquí, hay una directiva que se encargará de hacer las contrataciones, pero si hay la necesidad de recurrir a un jugador sin experiencia en el profesional, pero que tenga calidad y se adapta a lo que necesita este equipo, no soy quién para decirle que no”, recalcó.
Los 188 goles y las 199 asistencias que hizo en los 19 años que jugó en el futbol mexicano lo hicieron leyenda como jugador, pero ahora Rodrigo Ruiz Barbieri, el hijo de padres sordomudos, tratará de emular su gran desempeño desde el banquillo, iniciando en la misma ciudad que lo acogió hace 26 años.