Heredero de la dinastía que creó su padre hace décadas, Siky Osama Jr. se ha encargado de mantener en alto el prestigio de su familia en los enlonados no solo de Puebla, sino del resto del país, apegado a un estilo clásico de lucha libre con el que fue educado, en el que las enseñanzas se hacían con métodos rigurosos, pero con el que se forjaron sus bases como gladiador.
Con 20 años de carrera como luchador profesional, lo que más extraña tras varios meses lejos de los cuadriláteros por la contingencia derivada de la pandemia, son las mentadas de madre que los aficionados acostumbran hacer durante los combates, aunque este tiempo de pausa lo ha aprovechado para dedicarse de lleno al que ha sido el negocio de su familia desde hace muchos años, la venta por mayoreo de accesorios para mascotas.
DESDE MUY JOVEN COMENZÓ SU FORMACIÓN
Cuando él nació, su padre ya era un luchador reconocido por lo que toda su vida ha estado cerca de un ring, lo cual lo llevó a comenzar su formación dentro del pancracio desde muy pequeño, iniciando por la práctica de la lucha olímpica y grecorromana, que son las bases para poder llegar a la Lucha Libre.
Sin embargo, fue hasta los 17 años que dio sus primeros pasos como luchador profesional entrenando en diferentes gimnasios tanto en la capital poblana como en Ciudad de México, hasta que se ganó el honor que su padre lo llevara a curtirse a la Arena Puebla, un momento que tiene grabado en su mente.
“A los siete años empecé a practicar lucha olímpica, grecorromana y colegial, y a los 11 años ya comencé con las competencias a nivel nacional en estas disciplinas, sobre todo en Lucha Olímpica. Después hice una pausa hasta que a los diecisiete años comienzo a entrenar lucha profesional con el profesor Kairos en el Polideportivo Xonaca; sin embargo, yo vi escasas posibilidades de éxito y mi papá me mandó a entrenar con el Terrorista, un luchador de la vieja escuela y él es el que me termina enseñando los secretos de la lucha libre en Ciudad de México”.
“Después de estar entrenando con Kairos, mi papá me da la noticia, el premio de que me va a llevar a entrenar a la Arena Puebla. Yo llegué a la Arena Puebla un 5 de febrero de 1999, teniendo 19 años, pero no fue sino hasta un año después que pude hacer mi debut, el 2 de febrero me presenté como luchador profesional bajo la batuta del profesor Manuel Robles”, dijo.
“MI DEBUT FUE UN SUEÑO CUMPLIDO”
Con el bagaje de haber practicado por varios años y bajo la enseñanza de la vieja escuela, se presentó como Siky Osama Jr. en el templo mayor de lucha libre en la Angelópolis, en lo que fue un momento de sensaciones encontradas: el miedo de presentarse en un recinto donde su padre supo deleitar a los aficionados y la emoción de cumplir un sueño.
“Fue un momento muy emotivo, muy complicado porque te nía mucho miedo, nervios, pero también estaba la adrenalina de que iba a empezar mi carrera, una aventura, algo con lo que yo soñaba, porque mi papá me llevaba a las luchas desde los seis años, gente como Blue Panther, Baby Richards, Papá de Súper Muñeco, Satánico, Pirata Morgan, ellos decían que hasta los pañales me cambiaban porque son amigos de mi papá y él me andaba trayendo de arena en arena, entonces era un sueño cumplido el seguir sus pasos porque nos dio de comer, nos dio sustento gracias a la lucha libre, aunque la adrenalina y el miedo son sensaciones que sigo sintiendo cada vez que lucho”, comentó el enmascarado.
Esa relación cercana que tuvo con estrellas del pancracio mexicano lo hizo acercarse al estilo clásico, la llamada vieja escuela que refiere a la intransigente manera en la que eran curtidos los luchadores en antaño, con entrenamientos extremos y tratos poco amables, algo que Siky ve como la gran faltante para los luchadores jóvenes.
“Los profesores de antes, la lucha de antes, era muy difícil porque te enseñaban a base de golpes, de entrenamientos fuertes, excesivos, que muy poca gente los podía aguantar y sólo los que lo aguantaban tenía la oportunidad de ser luchador. Pero si tú ves los entrenamientos de ahora, o si tú quieres ponerles un entrenamiento a los chavillos de ahora te dicen que eres amargado o que los quieres lastimar, y no es así, solo que a mí me tocó la vieja escuela de aprender a golpes”, recordó.
Su estirpe le ayudó a comenzar a sobresalir abriéndose panorama no sólo en la Arena Puebla, donde tuvo sinodales de prestigio, sino también en otras partes del país, en las que su nombre comenzó a sonar cada vez más fuerte.
“En la Arena Puebla me tocaron luchas estelares al lado de gente como Tarahumara, Black Tiger, Murciélago, Furia Chicana, Súper Flash, Andros El Salvaje, que era gente que realmente parecía luchador, que tenías que rifarte con ellos, que no te dejaban pasar porque ellos también se habían ganado su lugar a base de sacrifico”. “Gracias a esto comencé a sobresalir y empecé a ir a funciones a Ciudad de México, a otros estados de la República, después de siete años en la Arena Puebla, comencé a luchar en otras partes, y empecé a hacerme más de un nombre”, apuntó.
HA LUCHADO EN LAS MEJORES ARENAS DEL PAÍS
Su carrera ya había explotado y eso le facilitó presentarse en los mejores recintos de lucha libre en el país como la Arena México, la Coliseo en Ciudad de México y la Arena Coliseo de Guadalajara, siendo estas dos últimas las que más lo marcaron.
“En estos veinte años de luchador, las contiendas que más recuerdo ni siquiera son mi debut como profesional o en la Arena México, sino una de las que me dejaron marcado fue cuando debuté en la Arena Coliseo de Ciudad de México, porque tuve la fortuna de hacerlo junto al que en ese momento era mi profesor, José Luis Feliciano, que tomó relevancia mundial porque luchaba junto a Black Terry y Lobo Rubio, en la tercia que era conocida como los Temerarios”.
“Esa lucha yo la tengo como una muy especial porque la magia que existe en la Arena Coliseo es muy diferente a la de la Arena México, además de los luchadores que estaba en mi tercia y ser rival de un luchadorazo como Pegasso, hizo un evento memorable, que recuerdo mucho, si bien perdimos, me quedó grabada el resto de mi vida”, señaló.
Aunque la Arena México es considerada la catedral de la lucha libre en el país, su debut en tremendo escenario no le generó tanto impacto al poblano porque ya tenía un buen tiempo entrenando ahí, por lo que cuando hizo su presentación en el “ring sagrado” lo tomó como un entrenamiento con público.
“En ese momento la Arena México hacía funciones viernes y domingo, yo debuté un domingo haciendo tercia con el Coreano y Súper Comando, pero no me generó tanta ilusión porque yo entrenaba en la Arena, el ring lo conocía de memoria, fue como si estuviera entrenando pero con gente.
Ahí estuve durante dos periodos, el primero de año y medio y el otro de cuatro, y ahí no solo me pulieron en lucha libre, sino a nivel psicológico, en superación personal, situaciones que se aplican no sólo en la lucha libre sino en la vida”, dijo.
Autollamado “el mejor luchador de Puebla”, Siky Osama Jr. ve un problema de actitud en las nuevas generaciones de guerreros, la cual no les permite adoptar las enseñanzas del pancracio con la misma intensidad que se hacía tiempo atrás, por lo que a los que están interesados en volverse luchador, les advierte que se necesita mucho valor y muchas ganas.
“Para ser luchador se necesita mucho producto de gallina y sin importar con quién quieran entrenar porque ahora los chavos no aguantan la presión, que los estés moliendo, corrigiendo, son situaciones que no mucha gente las soporta, la verdad que sí necesita mucha energía y ganas de salir adelante, muchas ganas de aprender, porque decía el profesor Satánico: ‘en la lucha libre nunca se termina de aprender’, y creo que tiene razón porque como en la vida nunca se deja de aprender, siempre hay algo nuevo por descubrir y si realmente te gusta y te apasiona pues no queda más que acercarte con un buen profesor y echarle todas las ganas del mundo por aprender”, apuntó.
SU LUCHA DEBAJO DEL RING
Con la lona recorrida que tiene en las últimas dos décadas, Siky Osama Jr. ha tenido rivales de primer nivel, pero uno de los más complejos ha sido la contingencia derivada de la pandemia, la cual ha dejado espaldas planas a los luchadores en el país debido a la suspensión de las funciones.
Desde marzo a la fecha, no ha vuelto a tener participación en alguna cartelera, situación que detuvo el crecimiento que venía teniendo con el “Batallón de la Muerte”, dupla que hizo con el luchador veracruzano Rey Apocalipsis, y que ya tenía varias fechas alrededor del país, pero que se suspendieron.
“Meses antes de que empezara la pandemia, el Batallón de la Muerte se había hecho fuerte con algunas presentaciones que habíamos tenido, no es mentira, no es exagerar, no es darnos mucho para arriba, pero cuando empezó la pandemia teníamos fecha todo lo que era marzo, abril y algunas fechas en mayo, ya teníamos para ir a Veracruz, a Villahermosa, a Ciudad de México, a Querétaro, lamentablemente la pandemia nos dejó parados y no solamente al Batallón, sino a todo el gremio luchístico”, mencionó.
Sin embargo, lejos de esperar el conteo de rendición, el rudísimo afrontó el mano a mano y aprovechó este tiempo de inactividad en el ring para hacer crecer el que ha sido negocio familiar durante los últimos años, la venta por mayoreo de accesorios para mascotas.
“Aproveché el tiempo que nos generó la pandemia para volver a retomar lo que es el negocio familiar y ponerme nuevamente en la órbita del negocio, la verdad este tiempo de contingencia nos vino a beneficiar mucho porque nosotros nos dedicamos a la producción y venta de accesorios para mascota, para todo tipo de mascotas, entonces la gente al estar encerrada en su casa por la pandemia, se empiezan a preocupar mucho por sus mascotas y de repente nuestras ventas se incrementan hasta en un cien por ciento, nos empieza a ir mejor que antes”, agregó.
Si bien su venta no es individual, sino a tiendas o emprendedores que buscan iniciar una veterinaria, un acuario o una pet shop, Siky invita a todo interesado a buscarlo en sus redes sociales para que él los canalice con el personal que se encarga de recibir pedidos y hacer la entrega.
“Nosotros somos distribuidores de las marcas que hay en el mercado, somos distribuidores y le vendemos a los acuarios, veterinarias, tiendas de mascotas, pero no estamos abiertos al público; sin embargo, si alguien de que quiera emprender un nuevo negocio o está en el negocio de la veterinaria, del acuarismo, la mejor opción creo que somos nosotros, no solamente distribuimos a nivel local, sino tenemos michos clientes de Guerrero, Veracruz, uno que otro de Chiapas, de Morelos y aquí en Puebla vienen a visitarnos gente de Zacatlán, Chignahuapan, Teziutlán, Zacapoaxtla, Zaragoza, de Libres, Tepeaca, Tehuacán”, dijo.
FUTURO POCO ALENTADOR PARA LOS LUCHADORES
Aunque él ha sabido salir avante de la llave que le estaba aplicando la contingencia, Siky pronostica un futuro poco alentador a los luchadores no solo en Puebla, sino en todo el país, ya que los empresarios que buscaban invertir en la lucha libre, lo pensarán dos veces para continuar en el gremio por las condiciones adversas de la actualidad para organizar eventos.
“Es algo complicado y yo siento que la lucha libre no solo en Puebla, sino a nivel nacional se va a centralizar en las grandes empresas, me refiero a no solo lo que es Consejo Mundial de Lucha Libre o Triple A, sino a las empresas locales, actualmente aquí en Puebla pues está Coliseo San Ramón, que está establecida hace seis años aproximadamente; sin embargo, los promotores que quieren hacer luchas van a batallar”.
“También va a ser muy complicado para nosotros mismos como luchadores, si antes luchábamos dos veces por semana, ahorita vamos a luchar una vez cada 15 días porque va haber menos lugares dónde luchar, entonces va a ser complicado el regreso, aun no lo sabemos, pero de que va a ser complicado va a serlo”, comentó.
Lleno de nostalgia, Siky añora el volver a subir al ring, someter a los rivales, escuchar la cuenta de tres, pero sobre todo los gritos de los aficionados que no siempre son para apoyarlo, sino para insultarlo, algo que es parte del folclor que se genera en las arenas del país.
“Sí se extraña, le decía hace tiempo mi mamá que extraño que me mienten la madre y me mandó al carajo, el aficionado vive una magia muy especial al entrar a la arena, al ver a sus luchadores, al ver las luces, el sonido, ahora imagínate al luchador, el encontrarte con tus compañeros de profesión, con tu bando y luego en la pasarela ya para subir al ring, todo eso es una magia muy especial”.
“Si antes entrenaba cinco o seis veces a la semana, ahorita estoy entrenando una vez para tratar de mantenernos en forma, pero ya vamos a tener que apretar porque el regreso es inevitable, se extraña y aunque se oiga chistoso se necesita el regreso, las mentadas de madre es lo que nos hace falta a nosotros, como rudos”, declaró.