Por: Jorge Luis Hernández [email protected]
La fusión entre la Liga MX y la MLS está cobrando cada vez más fuerza, más que un rumor o una ocurrencia, pues los ejecutivos del futbol en los Estados Unidos se han dado cuenta que contraten a quien contraten, hagan lo que hagan, a nivel mercadotecnia la Major League Soccer no termina de rendir los frutos esperados, es decir las ganancias que como empresarios vislumbraron.
Tan es así que algunos clubes de la MLS están solicitando apoyos económicos de empresarios, cantantes, deportistas de otras disciplinas y hasta de los llamados influencers, para poder seguir adelante con el proyecto, pues más allá del tema de la pandemia, el futbol soccer es un deporte que en la Unión Americana no termina de convencer a los aficionados, pues si bien la comunidad latina es la que consume en su gran mayoría dicho producto, también lo es que estos son seguidores de equipos mexicanos, por lo que pese a que vivan en ciudades estadounidenses, no terminan por consumir lo que en estas se les ofrece.
Por otro lado, en la Liga MX las cifras de audiencia, patrocinios y entradas a los estadios también comenzaba a preocupar, tan es así que antes de la pandemia los torneos de 2016 a 2019 fueron críticos para la Liga de nuestro país en cuestiones financieras, las televisoras ya no sabían qué más hacer para volver atractivos los partidos, las directivas para que los aficionados se dieran cita en los estadios y la Liga, en general, buscaba nuevas fórmulas para atraer nuevos patrocinadores, es por eso que –y con el argumento de los tiempos difíciles que se viven en el mundo entero– la Liga MX anunció cambios en su estructura: primero, la desaparición del ascenso-descenso, pues muchos directivos ya no se daban abasto para poder mantener a sus equipos en el máximo circuito, así como el caso de aquellos que ascendían y no lograban tener la suficiente liquidez que se requiere al cambia de categoría, por lo que los “dueños del balón” en México optaron por dicha medida, además de cobrar unos pesitos a los que tuvieran números negativos y, por ende, paguen su respectiva fianza.
Además, a Liga mexicana también tuvo como proyecto cambiar el formato de competencia, pues ahora en lugar de ocho clasificados se dan 12 boletos para la postemporada, el objetivo estaba más que claro, dar la oportunidad a los que tenían años de no calificar a la Liguilla, de jugarla una vez más, lo cual se traducía en interés de más aficionados a lo largo de la temporada regular, más rating, más dinero, más entradas en los estadios, más dinero para acabar pronto.
Es por eso que a las dos Ligas antes mencionadas no les desagrada la idea de fusionarse, pues eso significa la alta organización, plan de mercadotecnia de ellos, la calidad y popularidad de los clubes de nosotros –llevar al América, Chivas o Cruz Azul a ciudades de Estados Unidos donde hay muchos seguidores o enfrentar a los grandes exjugadores del futbol europeo que hoy militan en el Galaxy, LA FC, Toronto y, demás, frente a Tigres, Rayados y los antes mencionados, vaya que suena muy, pero muy bien–.
Es por eso que el proyecto sigue avanzando, me cuentan mis fuentes en la Liga BBVA MX que Mikel Arriola, quien recientemente cumplió 100 días al frente de la Presidencia Ejecutiva de la Liga, tiene como meta principal que la fusión sea un hecho a mediano plazo, por eso es que siguen las pruebas piloto, por eso es que “curiosamente” la Concacaf Liga de Campeones tiene tanto cruce entre equipos de ambas Ligas, porque la misma Confederación de Norteamérica, Centroamérica y del Caribe de Futbol está muy interesada en que sus mejores Ligas se unan y le representen jugosas ganancias.
Por eso hace algunos años se instauraron torneos como la Campeones Cup, que enfrenta a los campeones recientes de ambas ligas y la Leagues Cup, que eligió a los clubes más populares de ambas competencias para celebrase año con año, sin embargo, la pandemia frenó abruptamente todo intento de ambas ligas por seguir experimentando el hecho de tener a los clubes de México y Estados Unidos en la misma competencia.
Es por eso, que el proyecto encierra que la Súper Liga de América –nombre tentativo– tendría que ser un hecho. Mucho antes de que se lleve a cabo la Copa del Mundo de 2026, cuya sede serán Canadá, Estados Unidos y México, por lo que todo podría ser una realidad después de Qatar 2022 o, al menos, formalizar un torneo piloto para entonces, pues insisto que a los directivos de ambas competencias les urge, guarde usted este espacio, pues se viene la fusión de ambas competencias que sin lugar a dudas será bueno para todos, pues aumentará la competitividad, la rivalidad y, por supuesto, el interés de la afición.
Obviamente hay mucho en qué trabajar, pues se tendrá que determinar el sistema de competencia, la regionalización, los alcances y demás, pero, de entrada, suena muy bien. ¿Usted qué opina?