Por: Jorge Luis Hernández / [email protected]
Ni más ni menos
EMPIEZO CON
Los múltiples problemas que han enfrentado los atletas mexicanos de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio, y no, no me refiero lo que encierra el tema de la pandemia –que no es tema minúsculo–, sino a los inconvenientes en cuanto a la obtención de apoyos por parte de sus respectivas federaciones para competir en los clasificatorios, así como el soporte que en teoría deberían ofrecer los órganos encargados de llevar la riendas del deporte mexicano, particularmente me refiero a la Conade y sus extrañas formas de ofrecer su “apoyo”.
Ya de por sí es raro la forma en la que en algunas disciplinas se designan a los atletas que asistirán a la justa olímpica, pues que tal deportista haya logrado la plaza para México en un clasificatorio a la justa veraniega, eso no indica que este sea el elegido para asistir dicha competencia, pues de ahí los atletas nacionales deben ir en otros encuentros internacionales o entre ellos, para que formen parte de la delegación.
El caso más sonado en los últimos días es el de la clavadista y medallista olímpica Paola Espinosa, quien más por problemas con la directora de Conade, Ana Gabriela Guevara, no asistirá a sus quintos juegos. Paola señaló en una entrevista que la causa de no asistir a Tokio 2020 no es por carecer de la calidad necesaria, sino las diferencias que tuvo a lo largo de estos años con Guevara, ya que –según las propias palabras de la clavadista nacida en La Paz Baja California– nunca estuvo de acuerdo con las peticiones que la titular de Conade le hacía a ella y otros atletas, mismas que constaban en incondicional apoyo a la exvelocista en sus decisiones al frente del organismo, así como solicitar su testimonio a favor en las acusaciones que le han hecho a Guevara en los últimos años.
“Están conmigo o no, no hay de otra”, señala Paola que era el dicho de la sonorense ante sus subordinados y atletas, el que no estaba de acuerdo simplemente era “olvidado” y perjudicado a través de su respectiva Federación.
SIGO CON
A ver cómo nos va. Siguiendo con el tema de los Juegos de Tokio 2020, problemas y vicisitudes de los atletas para llegar a la justa en el país del Sol naciente, es oportuno mencionar que no sólo los problemas de Conade y COM en conjunto fueron una constante, sino –además– las diferentes Federaciones se encargaron de armar sus “pachangas” de cara a la justa.
El caso más sonado lo que pasó con el representativo de beisbol, que por diferencias en la elección de peloteros –dos o tres– y sistema de trabajo, tuvieron que cambiar de mánager y más de la mitad de la plantilla que logró el boleto a Tokio 2020; las expectativas –según la Femebe– siguen siendo la medalla de oro, aunque los amantes del rey de los deportes en nuestro país aseguran que con todo lo vivido en los últimos meses, si la novena gana un juego se darán por bien servidos.
Otra federación que trae un relajo desde hace años es la de basquetbol, pese a que existe una posibilidad –mínima pero posibilidad al fin– de que el representativo mexicano acuda a los Juegos, no será por las decisiones acertadas de sus federativos, quienes están metidos en una interminable “lucha de poderes” que han llevado incluso a la Fiba (Federación Internacional de Basquetbol) a sancionar al deporte mexicano por no cumplir con los lineamientos y apoyo que debían proveer a sus atletas y, por ende, al organismo en general.
La-men-ta-ble, vergonzoso que de fuera tengan que “castigarte” por ser un mal apoyo para tus deportistas. Y le puedo seguir con los problemas en esgrima, atletismo, boxeo, gimnasia… bueno, ahí la dejo y con todo esto, prepárese para no más de cinco medallas –ese es mi vaticinio–, de las cuales quizá una, máximo dos, sean de oro. Una vez más tendremos que esperar los “garbanzos de a libra”.
CONCLUYO CON
La molestia que muchos aficionados del Puebla han manifestado en redes sociales, pues sienten que la directiva poblana está “desmantelando” una vez más al equipo, sin embargo hay que decirles que esta directiva y el entrenador Nicolás Larcamón se ganaron el beneficio de la duda, ante lo que vimos en el Guard1anes 2021, pues con “poco” lograron llegar a unas semifinales que ni el más optimista de los aficionados se imaginó, todo gracias a la gran gestión de directiva y cuerpo técnico.
Si bien se han ido jugadores con los que la afición había logrado identificarse, sus respectivas ventas han significado una buena cantidad de dinero a las arcas camoteras. Santiago Ormeño y Omar Fernández (León), así como Salvador Reyes (América), significaron poco menos de 20 millones de dólares, una muy buena calidad que ayuda a sanar las finanzas de un equipo que estaba desahuciado a desaparecer, es decir, a ser vendido, porque representaba un gasto y no una inversión para la televisora del Ajusco, sin embargo esto ha cambiado y esos dolaritos son la muestra de ello, por lo que me dicen que los dueños del equipo ya dejaron el tema de la venta –de momento– en el olvido, pues a las ventas citadas hay que agregar las de torneos pasado: Pablo González, Brayan Angulo y Lucas Cavallini, quienes también significaron buenos ingresos al club.
Larcamón, el estratega argentino de La Franja, ha demostrado que sabe de futbol y sabe elegir jugadores, mismos que compran a bajo precio, los hacen funcionar y luego los venden muy bien, aunado a que sus resultados y funcionamiento en la cancha dejan contentos a los aficionados. Insisto, cada torneo es diferente, pero en el Puebla se han ganado recibir el beneficio de la duda.