Es Relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Los bulos se utilizan para proporcionar al público informaciones falsas, son creados a propósito. De tal manera, que sean percibidos masivamente como verdaderos y puedan ser divulgados en medios de comunicación
También pueden darse a conocer por medio de internet, como son las redes sociales, correo electrónico o sistemas de mensajería instántanea.
No hay que olvidar que la etimología de la palabra proviene del caló bul que significa “porquería”. Las fake news, al igual que los bulos son información falsa, dolosa e interesada que daña a otras personas en su vida privada, pública, reputación o incluso su economía.
Los bulos y las fake news, por razón lógica, vienen de actitudes que generan ilícitos civiles y penales, para quien usa estos mecanismos. Lo hace siempre en el anonimato, no firma, no da nombre.
Es lógico, si se descubre, tendría que sujetarse a las leyes penales y civiles, además de reparar daños económicos o morales que hayan sido causados por su conducta.
Pero los bulos tienen múltiples usos, podrían ser en el campo ideológico, en el comercial o en el político, lo que se conoce como el “negocio de la mentira”.
El periodista Jesús Cintora dice que este es el denominado “negocio de la mentira”, mismo que marca, estigmatiza, persigue o perjudica.
En su más reciente libro, El precio de la verdad, Jesús Cintora señala que “las noticias falsas se difunden más rápido y llegan a más gente, que las verdaderas”.
Las fake news se difunden más rápidamente, porque llaman más la atención, despiertan mayor interés, parecen más novedosas, animan más a compartirlas, despiertan más emociones de sorpresas, de alegría, de tristeza o de indignación .
En términos generales, provocan más curiosidad. Son los grandes riesgos.
Este tema requiere de varios libros, pues son y seguirán siendo utilizadas de forma amplia en el mundo que se está construyendo.
Por ello hay que estar atentos, pues esta información influye en demasía en la denominada opinión pública y no para el bien del ser humano.
Creo que a la ley, al Derecho, le corresponde observar este fenómeno social que se está presentando en la comunidad mundial.
Parece difícil de controlar, por lo que creo que la única contención está en la ley, en el ejercicio del Derecho y contemplar los mecanismos de defensa.
A los organismos internacionales les corresponde buscar las contenciones, porque es universal este fenómeno.
Se convierte en un tema complejo en las sociedades sin información o mal informados sobre su acontecer diario.
Si no hay contención al caso, recordemos la moraleja que se deriva de un cuento ilustrado por el francés Emile Jadam “Hay viene el lobo” nadie le creyó, y al final sí llegó el lobo y comió a los incrédulos.
Hay que tener cuidado, pues de tantas fake news nos podemos volver descreídos. Creer que todo es falso, hasta lo que sea cierto corre ese riesgo: ¡Cuidado entonces con el lobo!
Por otro lado, hay que muchas personas a las que les gusta retrasmitirlas con palabras o actos que caen en figuras delictivas penales, y en sí, el hecho de compartir dicha información, que no generó, se hace responsable solidario del hecho delictivo tanto para efectos penales como de responsabilidad civil.
Aquí el lobo existe, está en acecho.