Es Relativo
Lic. Guillermo Pacheco Pulido
En estos días, en que acontecen temas de crisis bélicas, conflictos armados, algunos con posible uso de energía atómica y que de una u otra forma afectan a nuestro país y a sus habitantes, surgen muchos miedos.
Además de estas situaciones, tenemos nuestros propios y graves problemas. La preocupación sobre lo que nos está deparando la naturaleza con crisis de agua, energética y alimentaria, entre otros.
Esta situación ambiental tiene amplia difusión en los medios de comunicación local, nacional e internacional, inclusive se habla del término armagedón, que significa apocalipsis.
Esta palabra habla de un fin del mundo. De la lucha de Dios contra las fuerzas satánicas, según los señalamientos que cita la Biblia.
Al platicar con los amigos, reconocen, y lo dice la prensa, hay miedo en la población. Tan es así, que aparecen noticias, especialmente, en Estados Unidos de América y otros países europeos que se siguen construyendo carísimos búnkers contra guerras atómicas.
La población se turba, se descontrola, ante la posible aparición de muchos y graves problemas en todas las órdenes.
Las monedas suben y bajan peleando su valor comercial en el mundo, a costa de generar miseria.
Por ello, los pueblos deben ser dirigidos, orientados, conducidos por hombres o mujeres que no tengan miedo.
Julio César dijo: “va mi espada en prenda alea facta est”, “la suerte está echada”, es decir, venga lo que venga hay que enfrentarlo. Tenía razón, y no tuvo miedo.
Charles de Gaulle, considerado el hombre que salvó a Francia, se negó a tener miedo y cumplió con su destino.
Winston Leonard Espencer Churchill no tuvo miedo de pedirles a los ingleses aportaran sangre, sudor y lágrimas para salvar su país. Los ingleses no tuvieron miedo y ganaron.
Así podemos seguir buscando en la historia, la importancia de no tener miedo.
Se expresaron opiniones sobre lo que debe entenderse por miedo y es:
- Sensación de alarma en respuesta a una fuente externa de peligro.
- Emoción desagradable, que puede asumir grandísima violencia, que es provocada por una situación de peligro actual o anticipada e inclusive fantástica para quien la percibe.
- Experiencia con componentes psicológicos y fisiológicos. Estimulada por la conciencia de un peligro inminente en el entorno. Emoción activante.
- Emoción primitiva y a menudo intensa, caracterizada por un modelo sistemático de cambios corporales (los que resultan del sistema nervioso simpático) y por ciertos tipos de conducta, en particular la huida o el ocultamiento. El miedo se experimenta normalmente ante una amenaza.
- Comportamiento emotivo que se caracteriza por un tono efectivo desagradable y que está acompañado por reacciones motoras de varias clases, especialmente temblor, encogimiento, huida y convulsiones.
- Angustia del ánimo, originada por un mal, presente o futuro, cierto o supuesto, que amenaza la vida, bienes, derechos o intereses propios o de los seres, cosa o ideales que considera suyos quien experimenta tal amenaza o peligro dentro de su entorno o con los que lo rodean.
- Reacción emocional de alarma angustiante ante un peligro o ataque reales.
- Según la analítica definición de Mira, el miedo no es más que la clara conciencia del desvalimiento individual en un momento dado, la anticipación de un fracaso, o la intuición prospectiva contraria al propósito predominante. Freud sostiene que el miedo es un elemento morboso que puede acompañar a las reacciones de defensa.
Alguien agregó que no tenía miedo, que tenía pánico y se aclaró que es:
- Ataque de ansiedad aguda, intensa y abrumadora, acompañado de un considerable grado de desorganización.
- En psiquiatría, ataque agudo, intenso y sobrecogedor de ansiedad, acompañado de un grado variable de desorganización de la personalidad.
En conclusión, el miedo es producto de nuestra mente, por ello lo podemos sacar y desecharlo. Nosotros creamos el miedo, nosotros debemos destruirlo.
A veces tenemos miedo por confundir las situaciones.
Al respecto Lucio Anneo Séneca decía que no es que nos falte valor para emprender las cosas que sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor (por miedo) para emprenderlas.
Albert Einstein comentó que no se intente ser hombre de éxito, que se intente ser hombre de valor.
Así también manifestaba de un hombre de valentía: “Entre las cosas hay una de la que no se arrepiente nadie en la tierra; esa cosa es haber sido valiente”. Él había perdido la vista, así luchó, así triunfó”.
Entiende y escucha, que como señaló Publilio Siro, que nadie, llega a la cumbre acompañado por el miedo.
Aristóteles nos orienta cuando nos dice que demasiado poco valor en cobardía y demasiado valor es temeridad.
Concuerda con Pedro Calderón de la Barca, quien decía que el valor es hijo de la prudencia no de la temeridad.
Nelson Mandela dijo que no es valiente quien no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo.
La abuelita mexicana aconsejaba en estas cosas de la prudencia: “ni tan tan, ni muy muy. Ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre”.
En el libro de Ryan Holiday La llamada del coraje se dice que la fortuna favorece a los valientes, se nos recuerda que la frase que más se repite en la Biblia es “no temas”.
En la Biblia, en el Libro de Josúe dice “lo que ya te mando es que tengas valor y seas valiente, no tengas miedo no te acobardes.
En el libro, La Odisea nos dicen, “el miedo es un estado de ánimo y permitir que te domine es una vergüenza”.
Shakespeare dijo “asumamos las circunstancias tal como nos llega, la historia la realizan los hombres que no teman, o que controlan su miedo”.
En el Deuteronomio dice: cuándo salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos y carros y un pueblo más numeroso que tú, no le temas; sigue igual.
Al cambio climático no le tengamos miedo, si sabemos actuar a tiempo, si no actuamos, ni oportunidad tendremos de tener miedo.
El miedo conduce a la debilidad, el optimismo hacia el triunfo.