Arturo Luna Silva / [email protected] / Twitter: @ALunaSilva
El llamado Plan B de Reforma Electoral lopezobradorista que, con modificaciones profundas a las leyes secundarias, pretende evadir las restricciones constitucionales, encontrará en el Senado de la República un dique de contención, incluso de la bancada de Morena, que evitará su aprobación fast track. Eso, sin contar que la minuta tiene tantas fallas en sus técnicas jurídica y legislativa, que muy probablemente será anulada en tribunales. En esta ruta, dos poblanos quedarán inevitablemente tiznados y, con ellos, sus expectativas al futuro.
Veamos a detalle.
La Reforma Electoral constitucional que quería Andrés Manuel López Obrador, y que cimbraría el sistema político y comicial del país, fue rechazada este martes en la Cámara de Diputados.
La oposición se mantuvo junta.
Por el momento y las circunstancias, era previsible que los grupos parlamentarios lopezobradoristas iban a naufragar.
No se construyó un derrotero eficiente.
En lugar de conseguir esos indispensables 57 votos de los priístas, el coordinador de la bancada del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Ignacio Mier Velazco (a quien llamaremos Poblano 1), se peleó con todos.
Con su estilo de bromas sosas y de mal gusto, perdió tiempo precioso.
(Hay que recordar que, por la proximidad del arranque del proceso 2023-2024, en septiembre del próximo año, urgía sacarla pronto).
Cuando el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, quiso intervenir para recoger el tiradero del Poblano 1, ya fue demasiado tarde.
Entonces, se trazó una vía para el Plan B, una nueva iniciativa muy ambiciosa, que prácticamente busca una nueva redacción a dos normas secundarias.
Se trata de una propuesta también de Palacio Nacional que pretende modificar 315 de los 493 artículos de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe).
Eso equivale a 64 por ciento de esa norma.
También quiere cambiar 59 de los 97 artículos de la Ley General de Partidos Políticos.
Es decir, 61 por ciento de esa legislación.
Se avaló la madrugada del miércoles, con la mayoría calificada que sí tienen Morena y sus aliados.
Entre muchas cosas, la ahora minuta -porque ya fue avalada por la cámara de origen– plantea un recorte importante al presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE).
También al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Resta también atribuciones al árbitro electoral.
A la vez, aligera las sanciones contra partidos políticos y servidores públicos.
Con ese aval, Mier Velazco pareciera que cumplió, al menos en este segundo movimiento, pero volvió a fracasar en el Plan A.
De modo tan que Poblano 1 quedó muy disminuido.
Se comprobó que requiere de un superior, en este caso Adán Augusto, porque solito no carbura.
Ahora, la minuta de San Lázaro ha llegado al Senado, en donde el debate y la ruta legislativa serán, inexorablemente, conducidos en sus atribuciones por Alejandro Armenta Mier (a quien llamaremos Poblano 2).
El tema no deja de ser delicado para Alejandro, porque ya el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara Alta, Ricardo Monreal Ávila, anuncio una suerte de resistencia a aprobar, en sus términos, la minuta.
Adelantó que habrá “reflexión y análisis”.
En realidad, hay una oposición interna al Presidente de la República.
Fuego amigo.
Revanchas personales.
Monreal no cederá.
En este camino, ahora en el Senado, Poblano 2 puede quedar raspado.
Si no pasa como lo hizo en San Lázaro, en cuestión de unas cuantas horas, y se alaga el proceso -de hecho, tiene que seguir un procedimiento de al menos dos semanas-, los ojos inquisidores voltearán a ver a Armenta.
La Reforma Electoral No constitucional ya raspó muy fuerte a Poblano 1.
Parece inevitable que tizne también a Poblano 2.
Y así, las cuentas sobre sus futuros.