Garganta profunda
Arturo Luna Silva
[email protected] / Twitter: @ALunaSilva
Por encima de las otras 21 entidades que gobierna el lopezobradorismo, Puebla se ha convertido en las últimas semanas en el epicentro de eso que algunos llaman la Cuarta Transformación (4T).
Con las visitas, en menos de un mes, del Presidente Andrés Manuel López Obrador y, en dos ocasiones, de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, los ojos de todo el país han estado aquí, en donde, como operador y anfitrión, el gobernador Miguel Barbosa Huerta se ha llevado el reconocimiento.
Alguna garantía y agrado ha visto en tierras poblanas y en el gobierno barbosista la cúpula del régimen, que ha confiado tanto.
Apenas el sábado pasado, Claudia Sheinbaum estuvo en el acto masivo más nutrido de sus recorridos por el país.
Unas 20 mil personas se reunieron en el Centro Expositor para escuchar la charla que ofreció, sobre los programas exitosos de su administración, por invitación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Las condiciones en que se desarrollaron todas sus actividades en Puebla dejaron muy satisfecha a la doctora y a su equipo.
Ni Monterrey, Nuevo León, ni Guadalajara, Jalisco, pudieron competir con la capital poblana.
Este viernes volverá la presidenciable a Puebla.
Participará, de manera extraordinaria, por poco usual, y con gran expectativa, en una conversación con el filósofo español Fernando Savater.
Lo hace en su carácter de científica.
Se decidió a participar, alentada por el Presidente de la República, según confió el gobernador Miguel Barbosa Huerta.
También llega de la mano, por sus gestiones, de la secretaria de Economía, Olivia Salomón, quien desde el sábado pasado fue una especie de encargada, en buena medida, de acompañar la logística de la jefa de Gobierno.
La integrante del gabinete de Miguel Barbosa fue la única que estuvo en el set de entrevistas en que Sheinbaum ofreció cinco espacios a medios poblanos.
Y además la organizadora de la comida privada que la jefa de Gobierno de la CDMX tuvo con un selecto grupo de empresarios poblanos en el Libanés.
Ahí se comenzó a construir una relación muy cordial.
Ahora, regresa.
El pasado 22 de octubre, el Presidente estuvo en Ayoxuxtla de Zapata, junta auxiliar de Huehuetlán El Chico, en la Mixteca Poblana.
Inauguró obras. Hubo gritos de maestros que exigían pagos.
Fue más un montaje que una manifestación genuina.
Los agrios de siempre pronosticaron días negros para Puebla, para el gobernador y para la 4T.
Intentaron echar tierra a la administración estatal y dibujaron escenarios de rompimiento entre Barbosa y AMLO, entre el gobernador y la 4T.
Una semana después, llegó Sheinbaum y exhibió una extraordinaria relación con Barbosa.
Le agradeció el respaldo.
Firmó un convenio de seguridad.
Y se tomó más de una foto con la citada Olivia Salomón y con las otras dos «corcholatas» barbosistas: Sergio Salomón Céspedes Peregrina y el Dr. José Antonio Martínez García.
Otra semana más tarde, estará de vuelta.
Con el gran Savater como afortunado pretexto.
Qué amargos deben resultarles sus presagios a los odiadores de siempre.