Con el objetivo que conservar a las aves rapaces que habitan en Puebla, las cuales se ven amenazadas por el tráfico de especies, cuatro estudiantes de la Facultad de Biología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) han tenido que sortear los obstáculos de la pandemia de COVID-19.
El equipo está conformado por Alejandra Patricia Arcos Flores, Rosa Isabel Cid García, Paulina Plata Camarena y Daniela Cruz Hernández, quienes reconocen a Crónica Puebla que el principal factor ha sido la falta de apoyos económicos a raíz del confinamiento.
Aseguran que la crisis sanitaria afectó los ingresos destinados a la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) Konkon -lugar donde se desarrolla la investigación–, pues los padrinos y sus donaciones dejaron de llegar.
Konkon es un centro de conservación autosuficiente, ubicado en San Francisco Totimehuacan, en la capital poblana.
Actualmente atiende a 12 ejemplares rescatados y a 60 en cautiverio.
Las jóvenes universitarias, quienes cursan el noveno semestre de la Licenciatura en Biología, buscaron apoyo a través del concurso “Por Amor a México Chav@s”, un programa de la automotriz alemana Volkswagen de México, cuyo objetivo es incentivar con apoyos económicos proyectos de conservación del medio ambiente.
De entre 76 propuestas, provenientes de 33 universidades del país, el proyecto titulado “Estrategias biológicas y sociales para el rescate y conservación de aves rapaces”, resultó ganador y la bolsa a recibir es de 250 mil pesos.
“La importancia de este proyecto es la conservación y la rehabilitación de las aves rapaces, ya que muchas, por causas de tráfico o simplemente por creencias de varias generaciones lastiman a las aves y lamentablemente ya no se pueden liberar”, explicó Isabel Cid.
“Son muy importantes a nivel nacional: en nuestra bandera tenemos un ejemplar, un águila real”, recordó Daniela Cruz Hernández.
Las cuatro estudiantes, quienes describieron el papel de las aves rapaces en el ecosistema mexicano como fundamental, explicaron que su investigación consta de cuatro subtemas: la estandarización de la dieta, que permita la rehabilitación de las aves y las condiciones para la reproducción en cautiverio.
El análisis de sus valores bioquímicos, hematológicos y espermáticos; el manejo conductual de impronta y su aprovechamiento para lograr donaciones de semen o inseminaciones artificiales voluntarias; y campañas multimedia en redes sociales para difundir la biología de estas especies.
Uno de los objetivos también es acabar con creencias antiguas, como que los búhos y lechuzas son brujas o que ‘cuando el tecolote canta, el indo muere’.
Las estudiantes ingresaron como voluntarias al centro de conservación desde su primer semestre en la Licenciatura en Biología. La investigación fue desarrollada desde hace un año y cuenta con la asesoría del doctor Andrés Eduardo Estay Stange, responsable de UMA Konkon, entre otros investigadores.