Diana López Silva
En el Día Internacional del Orgullo LGBTTTI+, Puebla tiene una Ley para prevenir y eliminar la discriminación del estado que no opera por omisión del Congreso del Estado desde hace nueve años.
Además, a cuatro hombres homosexuales o con VIH discriminados en el trabajo no se les ha restituido el empleo ni reparado el daño.
Onán Vázquez, representante de la asociación civil “No dejarse es incluirse” señala ambos puntos y sostiene que quienes no son heterosexuales se encuentran tan desprotegidos como si no hubiera ley antidiscriminación desde 2013.
Desde 2013, el Congreso del Estado se niega a emitir la convocatoria para integrar un comité que determine los criterios para definir la discriminación “y por eso no se puede castigar a quienes violentan derechos”, indicó.
Reconoció que los cambios a leyes para aceptar matrimonio igualitario, reconocer identidad de género autopercibida y sancionar terapias de conversión son avances.
Pero el estigma y la discriminación persisten, sin que el Congreso termine el proceso necesario para aplicar la ley.
Señaló que desde 2020 cuatro hombres han denunciado marginación: uno fue despedido de la Secretaría de Educación estatal y otro con VIH fue echado de la empresa Estrella Roja.
Aunque la SEP cumplió una observación del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) y ofreció una disculpa pública al afectado, no lo reinstaló en su empleo.
Una falta más: no hay transparencia sobre crímenes de odio.
Por revisión hemerográfica se cuentan 70 casos desde 1996.
“Pero faltan las cifras oficiales sobre los avances”.
La diputada Xel Arianna Hernández García indicó que el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública contabiliza que 57% de personas del sector LGBTTTI+ que piden apoyo por problemas de pareja, familiares, emocionales y por discriminación, tienen de 18 a 35 años de edad.
La Línea de Diversidad Segura reportó que 28% de las solicitudes de apoyo es de menores de edad y 10% de gente de 36 a 50 años, de quienes 55% son varones y 45% mujeres.