Diana López Silva
La mañana del 28 de abril de 2017, Juan de Dios tenía un encargo de su madre. Se levantó temprano, se arregló, desayunó y revisó la camioneta de la familia para salir a carretera. Misión: pagar la música para un festejo agendado la siguiente semana.
Su natal Tehuitzo tiene apenas 700 habitantes, en el municipio de Palmar de Bravo; ahí no hay hospitales ni centros comerciales y el cajero más cercano está en Tecamachalco, donde también se apalabra al grupo musical para la fiesta. Salió de su casa hacia las 14:00 horas. Fue la última vez que lo vieron sus familiares.
Un mes antes, había cumplido 23 años. Alegre, amiguero y “enamorado de la vida”, lo describe su mamá, María Luisa Núñez Barojas.
Juan de Dios quedó de ver a sus amigos. En el camino a Tecamachalco, Abraham y Vicente Basurto Linares subieron a la camioneta a Llano Grande, paraje de San José Ixtapa, , junta auxiliar de, Cañada Morelos, municipio contiguo.
María Luisa llegó del trabajo a las 17:00. Como no vio a Juan de Dios, le llamó a su teléfono celular. Fracaso. Nada raro, porque en la región falla mucho la señal.
Cerca de las 22:00 horas intentó llamar nuevamente, pensando que andaba con sus amigos y se les había ido el tiempo. Hay comunicación. Juan de Dios le explica que está “atorado” en un retén de seguridad en la carretera y no dejan pasar a nadie. Tampoco le sorprende tanto, pues se trata de la zona conocida como “el triángulo rojo” y hay dos retenes por día, debido a la alta actividad de grupos delictivos dedicados al robo de hidrocarburo.
Después, nada.
María Luisa sigue buscando a Juan de Dios.
Dos años, dos meses, 22 días.
No deja de buscarlo.
¿CÓMO ES DESAPARECER EN PUEBLA?
María Luisa Núñez es fundadora de la organización “La voz de los desaparecidos”, precisamente en respuesta al poco interés percibido por ella y decenas de familias que han perdido un ser querido y no obtienen resultados de las autoridades de procuración e impartición de justicia.
Consideró que en Puebla las autoridades se esfuerzan por ocultar las cifras de desaparecidos.
Tras buscar ayuda para encontrar a su hijo, sin obtener respuesta, aseguró, tuvo que fundar un colectivo a través del cual, a casi trs años, ella y sus parientes y amigos han descubierto que en el estado son las familias quienes realizan las investigaciones y no la Fiscalía General con la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares ni la recién creada Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla, a cargo de la Secretaría de Gobernación.
Indicó que en la experiencia que tiene con ambas instancias identificó falta de material de trabajo para los agentes y una desorganización del trabajo que no ha dado resultados en ninguno de los casos; “queman cartuchos a lo pendejo (…) le dieron en la madre a las carpetas de investigación”, exclamó María Luisa, en su desesperación.
Edmundo Ramsés Castañón Amaro, ex agente del Ministerio Público en Puebla y actual integrante del Consejo Ciudadano de la Comisión de Búsqueda de Personas de Puebla, reconoció, con base en los comentarios de las familias afectadas, que hoy los agentes de la Fiscalía Especializada sólo integran oficios y carpetas, pero no investigan.
Hace falta, dijo, una mayor interacción entre la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares y la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado para comenzar a dar resultados.
AL MENOS 8 MIL 500 DESAPARECIDOS EN PUEBLA
Con base en cifras de la Comisión de Derechos Humanos y del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, se sabe que en Puebla sólo se denuncia el 25 por ciento de desapariciones de personas, debido a la falta de confianza en las autoridades, lo que representa más de dos mil casos.
Puebla, es el quinto estado mexicano con más personas desaparecidas, un promedio de seis casos diarios, cuatro de ellos, mujeres. En Puebla capital desaparecen tres menores de edad cada día.
Datos del colectivo “Uniendo cristales”, revelan que en México siete de cada 10 desaparecidos son hombres y tres son mujeres; en Puebla, seis de cada 10 son mujeres y de ellas el 50 por ciento, menores de edad.
El Sistema Nacional de Estadísticas de Desapariciones, registró de 2008 a 2018 2 mil 69 desapariciones en Puebla, 60% mujeres, con 2 mil 73 carpetas de investigación abiertas; en esta cifra aplica la estimación de que sólo uno de cada cuatro casos se denuncia, de modo que la cifra negra se calcula en más de 8 mil 500.
Tadeo Luna de la Mora, investigador del programa de Seguridad y Justicia del Instituto de Derechos Humanos “Ignacio Ellacuría” (IDHIE), de la Universidad Iberoamericana, ha publicado que, hasta abril de 2018, había un Registro Nacional de Personas Desaparecidas que dependía del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, que registraba en Puebla dos mil 69 personas desaparecidas; sin embargo, avala el cálculo de 8 mil 500.
Agregó que entre 2012 y 2017 aumentaron los casos de personas desaparecidas en Puebla, que pasaron de 41 en 2012 a 663 en 2017, lo cual calificó como un “crecimiento exponencial grave”.
También consideró grave que la desaparición de personas en Puebla sea un asunto de género: “Mientras a nivel nacional siete de cada diez desaparecidos son hombres, en Puebla la proporción es de 51 por ciento de mujeres.
Además, datos de la Red Nacional para la Infancia alertan que Puebla es el segundo estado donde más niños, niñas y adolescentes desaparecen y que Puebla, como municipio, es donde más niños desaparecen en todo el país (…) No es en la montaña de Guerrero, no es en Ecatepec, ocurre aquí en las calles de Puebla”, dijo el académico.
MÁS RECURSOS; TENER LEYES ES SÓLO EL PRIMER PASO
Con un proyecto de iniciativa de Ley, elaborado por las propias familias que integran los colectivos de búsqueda, así como el acompañamiento técnico de especialistas e investigadores del IDHIE de la Ibero Puebla, se espera que la ley en materia de desaparición de personas para el estado sea una herramienta que sí funcione para quienes tienen un familiar desaparecido.
Estefanía Rodríguez Sandoval, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Puebla y diputada de Morena, ha coordinado la integración de la iniciativa, constituida por 5 títulos y 106 artículos.
Consideró que “tener buenas leyes es el primer paso para solucionar este problema; porque a Puebla le duelen sus desaparecidas y desaparecidos, los estamos buscando y los vamos a encontrar”.
Confirmó que la ley fue turnada a comisiones el pasado miércoles, 15 de julio, y estima que sea votada para su aprobación aproximadamente en dos semanas o a más tardar en septiembre, al regresar al periodo ordinario de la Legislatura.
Además de plantear mejores reglas de operación para atender a las víctimas de manera más inmediata, y armar expedientes sin importar la causa de la desaparición, la diputada explicó que esta ley considera un porcentaje del presupuesto del gobierno estatal para recursos humanos y materiales de las instancias de búsqueda de personas.
Actualmente, la Comisión de Búsqueda estatal cuenta con un fondo de 18 millones de pesos otorgados por la Comisión Nacional de Búsqueda.
La nueva ley considera la creación de una Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares, que se propone dependa de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).
FUERZAS UNIDAS POR EL DOLOR
Mamás, primos, abuelos, papás, hermanos de gente desaparecida ha emprendido esfuerzos de investigación para compartir datos, y buscar por dónde estuvieron y con quiénes los seres queridos que anhelan volver a ver.