Guadalupe Juárez
Puebla es la sétima entidad del país en establecimientos particulares de salud al concentrar, junto con Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Veracruz, 53% de estos servicios.
De acuerdo con la Estadística de Salud en Establecimientos Particulares 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la entidad poblana hubo mil 721 camas para brindar servicios de salud privados en 136 establecimientos.
Por cada cama, los establecimientos que brindan servicios de salud privado tienen una enfermera y 1.5 médicos por cama.
Pese a la COVID-19, las consultas en medicina familiar y especialidades no subieron, pues hubo 121 mil 64 en 2020 cuando en 2019 fueron 129 mil 420.
En suma de especialidades, en 2020 fueron 131 mil 323 pacientes, pero un año antes fueron hasta 139 mil 570 quienes acudieron a hospitales privados.
De hecho, los hospitalizados por enfermedades del sistema respiratorio fueron 26% más durante la contingencia sanitaria que lo registrado un año antes.
El reporte indica que uno de los incrementos que se dieron fueron en la atención de cirugías en el sector privado, al pasar de 16 mil 456 pacientes en 2019 a 18 mil 634 en 2020, es decir, 13%.
Otro aumento de 5% fue en las consultas y procedimientos relacionados con la ginecoobstetricia, al pasar de 54 mil 952 a 57 mil 851.
En 2020 atendieron 5 mil 985 partos, mientras que en 2019 fueron 4 mil 43. Además, se registraron 99 muertes fetales durante la contingencia; un año antes fueron sólo 75 casos.
El incremento también se presentó medicina preventiva, pues de 3 mil 981 consultas, el año pasado dieron hasta 4 mil 185.
En contraste, disminuyeron 21% los servicios de pediatría, 2% en consultas y procedimientos odontológicos y 4% de servicios de urgencia.
Los municipios con más establecimientos privados salud son: Puebla con 50 (931 camas), San Martín Texmelucan con 10 (81 camas) y Tehuacán con 10 y (124 camas).
De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria AC, durante la pandemia se desplazó la atención de enfermedades al interrumpirlas, sobre todo en salud bucal y mental, así como el control de enfermedades no transmisibles y crónicas. Si son pospuestas, se originan costos humanos y económicos en el corto y mediano plazo.