Dulce Liz Moreno
Para referirse al hombre vinculado a proceso por el feminicidio de Monserrat, la prensa local le apodó El Caníbal de La Resurrección desde que la fiscalía dio a conocer el caso en julio pasado.
Medios de comunicación le llamaron así porque un policía –municipal de Puebla capital o ministerial– filtró a un reportero la versión de que el hombre detenido el 2 de julio habría ingerido restos de la víctima.
El fiscal general, Gilberto Higuera Bernal, aseguró el 6 de julio en conferencia de medios que ni en la audiencia ni en la narración del procesado ni en la investigación hubo respaldo de ese señalamiento.
A esa práctica –dar por hecho que una persona haya perpetrado un delito sin que se le haya dictado una sentencia judicial– se le denomina tribunal paralelo o tribunal mediático.
Transgrede los derechos humanos y, en este caso, como se trata de un dicho sin evidencias que prueben su veracidad, se fomenta el descrédito de los medios de comunicación indica Marco Lara Klahr, periodista de procesos judiciales y seguridad pública y académico.
Los juicios mediáticos tienen el uso de motes y adjetivos ofensivos como uno de sus rasgos principales y su difusión llega a desviar la atención de las propias autoridades.
La psicóloga María Amparo Miranda, además, asegura que la dramatización de los hechos de violencia en medios informativos crea en el público tendencias morbosas “que en nada ayudan a la investigación”.
“No es necesario reproducir imágenes violentas y descripciones gráficas sobre cómo las víctimas de feminicidio o secuestro son encontradas”.
La académica Dalia Carranco agrega que los familiares y los amigos de la víctima se encuentran en una situación desfavorable; la viralización de detalles crueles les daña aún más, pues se encuentran vulnerables e indefensos.