Por: Guadalupe Juárez
En dos meses del 2021, las investigaciones de trata de personas involucran a 84% del número de víctimas que se contabilizaron durante todo el 2020 en la entidad poblana.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el año que inició la pandemia, las autoridades abrieron 13 carpetas de investigación y el mismo número de víctimas, 23% menos que un año antes.
Entre enero y febrero del año en curso, la Fiscalía General del Estado (FGE) abrió ocho carpetas de investigación y 11 víctimas por este delito, aunque en la información oficial que emitió la mayoría de los casos se concentran en detenciones de casos ocurridos en años anteriores y sólo uno de una posible red de trata de personas.
El 13 de enero, Fernando N. de 19 años de edad fue vinculado a proceso, acusado por trata de personas en modalidades de enganchamiento con fines de explotación sexual, a través de la prostitución ajena.
De acuerdo con la investigación, Fernando conoció a su víctima en 2017, pero en febrero de 2020 la obligó a prostituirse en hoteles de Nuevo León, Tlaxcala y Guanajuato.
En agosto de 2015, Isabel Encarnación N. de 52 años de edad conoció a su víctima cuando tenía 16 años en Tehuacán, la convenció de irse a trabajar para ella en un supuesto negocio de ropa en Amozoc, pero la joven fue obligada a prostituirse en “distintos sitios” de la ciudad de Puebla.
El 17 de febrero, un caso visibilizó lo que ocurre en la capital poblana, uno de los sitios identificados como parte de un corredor de trata de personas con fines de explotación sexual en el país, la detención de dos hermanas en la colonia Nueva Antequera.
De acuerdo con la Fiscalía, Jazmín N de 26 años y María Guadalupe N. de 23 años de edad fueron detenidas por agentes de investigación en un cateo, les encontraron tarjetas con la leyenda “spa ejecutivo Puebla”, ocho celulares, una tableta, laptop y chips telefónicos.
A las dos mujeres las relacionaron con el asesinato de una mujer hallada en un motel con huellas de ahorcamiento, golpes y amarrada en un motel en la zona de la Capu, en enero de 2021.
El 11 de marzo pasado, la FGE informó que aprehendió a José Juan N, por trata de personas en su modalidad de explotación sexual a través de la prostitución ajena, pues en 2012 inició un noviazgo con su víctima, dos años después se casaron y obligó a su mujer de trabajar en bares de la capital poblana, ya que tenían problemas económicos.
La mujer sufría insultos, amenazas, agresiones físicas y llevada a Ciudad de México para que se prostituyera, por lo que en julio de 2015 escapó y lo denunció; fue detenido hasta el 26 de febrero de 2021.
El 23 de marzo, se dio a conocer otro caso, la FGE detuvo a Carlos N por trata de personas, quien conoció a su víctima en 2013, al año siguiente empezaron a vivir juntos en la capital poblana, pero al “atravesar problemas económicos” la convenció para prostituirse, al aceptar, la envió a Ciudad de México, Guanajuato y Tijuana.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito alertó que la pandemia por COVID-19 podría ocasionar que la trata de personas incremente, ya que ajustan su negocio “a la nueva normalidad”.
En el documento Impacto de la Pandemia COVID-19 en la Trata de Personas indica que la identificación de víctima de trata de personas es difícil en circunstancias normales, debido a que son explotadas en entornos ilegales, informales o no regulados, la capacidad del crimen para ocular sus operaciones, la propagación de la COVID-19 podría dificultarlo aún más.
Las personas explotadas –señalan– están más expuestas a contraer el virus, menos equipadas para prevenirlo y tener acceso a servicios de salud.