Por: Diana López Silva
La tercera ola de COVID-19 tiene como principal cómplice a la indisciplina de los jóvenes para respetar los protocolos sanitarios, y es que es precisamente en ese sector de la población en donde existe el repunte más preocupante de contagios, pues se trata de la población que apenas tiene acceso a la vacunación.
Si bien la necesidad de una reactivación económica y de volver a una normalidad llevó a las personas a salir de sus hogares y continuar con su día a día, el virus sigue presente, y aunque se cuenta con un esquema de vacunación que avanza lento, esto no es suficiente para evitar la propagación del virus.
LA TERCERA OLA
El gobierno de Puebla declaró el 12 julio que la entidad enfrenta la tercera ola de COVID-19, debido a que el incremento de contagios se mantuvo durante cuatro días seguidos.
El gobernador Miguel Barbosa Huerta aseguró, en conferencia de prensa virtual, que la situación “es muy grave” y que los jóvenes constituyen el principal sector de transmisión de virus por no guardar la disciplina necesaria para enfrentar la pandemia.
Los Datos Abiertos de la Secretaría de Salud (SSA) Federal revelaron que, desde el 24 de junio hasta el 12 de julio, la tendencia de contagios empezó a elevarse, llegando a tendencia de 50-100 casos diarios, cuando en meses previos se tenían de 30 a 50 casos al día.
Del 24 de junio al 30 de junio se tuvo el conocimiento de 20 a 46 casos diarios de personas enfermas que ingresaron a unidades médicas para recibir atención.
Fue el 28 de junio cuando más casos se dieron, con 46; mientras que a partir del 1 de julio la tendencia fue de 29 a 113 casos diarios. El 8 de julio se atendieron 113 personas, la cifra más alta de los últimos días.
Del 24 de junio hasta el 12 de julio, acumularon mil 11 casos enfermos que ingresaron a unidades médicas para recibir atención, de los cuales, el grupo de personas de entre 18 y 29 años de edad fue el que más se infectó, con 31% (311), lo cual coincide con la declaración del mandatario estatal.
Los datos muestran que, a pesar del repunte de casos, la mayoría fueron ambulatorios, con 83% del total de casos (842) y 17% (169) requirieron ser hospitalizados. Aunado a esto, se puede ver que siguen siendo los hombres los más afectados, con 52% (530) y 48% (481) fueron mujeres.
CONCIENCIA SOCIAL, LA ÚNICA SOLUCIÓN
Dulce María Judith Pérez Torres, doctora en Pedagogía por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), explicó que muchos factores generaron que las personas dejaran de preocuparse por la pandemia y empezaran a relajar las medidas sanitarias.
Entre estos, la debilitación de las campañas de conciencia y cuidado sobre la sana distancia y el confinamiento. Resaltó que la reactivación económica no vino de la mano con un refuerzo de las campañas de las medidas de prevención, por lo que muchos retornaron a sus trabajos por necesidad, pero sin seguir todos los protocolos de sanidad.
De igual manera, conforme fue avanzando la situación, se empezaron a generar muchas noticias falsas que no ayudaron a fomentar la conciencia colectiva que se necesita para hacer frente a esta situación que puede durar años.
Sostuvo que, al bajar el número de contagios, que no hubiera una serie de muertes en cadena de forma dramática y que existiera un esquema de vacunación generó una sensación de supervivencia y falsa seguridad en contra del virus que hizo que muchas personas dejarán de temerle al contagio y de esta manera empezaran a vivir una vida normal, cuando seguimos en pandemia.
Advirtió que esta situación de la tercera ola es parte del ciclo de la pandemia y de los procesos de las personas, por lo que se deben de empezar a generar una serie de medidas estrictas por parte de los gobiernos que ayuden a entender a la población que esto no terminará hasta que no dejen de existir contagios y toda la población esté vacunada.
Apuntó que, desafortunadamente, hasta que la gente no vea que otra vez están ocurriendo muertes masivas, o que los hospitales estén saturados de nuevo, la sociedad no entrará en estado de conciencia y empezará de nuevo a cuidarse.