Este año, las celebraciones con motivo de la Independencia de México se verán marcadas no sólo por la pandemia de coronavirus, sino por que se llevarán a cabo dos ceremonias del Grito, una en el Palacio Municipal de la ciudad y otra en Casa Aguayo, actual sede del Poder Ejecutivo.
De acuerdo con Claudia Ramón Pérez, licenciada en Ciencias Políticas por la UPAEP y maestra en Ciencias Políticas por la BUAP, no es la primera vez que, debido a las discrepancias entre representantes políticos, se hacen dos ceremonias independientes.
Ramón Pérez recordó que en 1998, por primera vez desde 1911, el Grito de Independencia no se dio en el balcón principal del Palacio Municipal de la capital poblana, debido a la tensión entre el entonces gobernador Manuel Bartlett Díaz y el presidente municipal Gabriel Hinojosa Rivero.
Detalló que Bartlett Díaz dio el Grito en Zacapoaxtla, tras un acuerdo con Hinojosa Rivero, quien amagó con no invitarlo en su primer año de gobierno, argumentando un acto de defensa al municipio libre. Pese a que este hecho histórico fue el único en el que se hicieron dos ceremonias distintas, hubo otros momentos en la historia poblana en los que se evidenciaron las diferencias entre mandatarios.
En 1999, comentó, tampoco se dio el Grito en el Palacio Municipal, debido a que en junio de ese año un sismo dañó el inmueble, por lo que la ceremonia se llevó a cabo en la 3 Oriente. Melquiades Morales Flores, gobernador en ese entonces, realizó el acto cívico junto con Mario Marín Torres, edil municipal. En cuanto a eventos que mostraron la tensión entre representantes políticos, mencionó el que se llevó a cabo en 2006, muy deslucido y corto de tiempo, al que asistieron Mario Marín Torres y Enrique Doger Guerrero, gobernador y alcalde, respectivamente.
En el caso de Rafael Moreno Valle Rosas y el alcalde Eduardo Rivera Pérez, los actos cívicos de septiembre se caracterizaron por ser muy breves en el Palacio Municipal y una verbena popular organizada por el Ejecutivo en Los Fuertes.
La académica sostuvo que, por lo general, estos desacuerdos entre políticos se arreglan en forma privada y diplomática, guardando las formas ante la sociedad, pero en ocasiones se llegan a notar en estos eventos y son parte del clima político del momento.