Desde el siglo XIX, Puebla se consolidó como ciudad productora de vidrio, se fabricaban espejos y todo tipo de cristalería. Para 1944, Casa Pino, ubicada en la 2 Poniente 113, era uno de los negocios dedicados a esta labor.
Jarrones, vasos, platos, licoreras, perfumeros hasta candelabros con diversas ornamentaciones se vendían en estos establecimientos.