Un jovencísimo Gustavo Díaz Ordaz se cuela en la foto.
Es 1938 y aparece justo detrás de una leyenda: el presidente Lázaro Cárdenas.
A la derecha de éste asoma otro hombre que marcaría su propia huella en el México moderno: Miguel Alemán.
Hijo de Ramón Díaz Ordaz Redonet y Sabina Bolaños Cacho, Gustavo llegaría a ser magistrado del Tribunal de Justicia de Puebla, desde donde llamó la atención de quien a la postre se convertiría en el principal impulsor de su carrera política: el gobernador y cacique Maximino Ávila Camacho.
Díaz Ordaz nació el 12 de marzo de 1911 en Ciudad Serdán y llegó a ser presidente de 1964 a 1970.
Polémico, discutido, duro en pensamiento y acción, fue a final de cuentas un hombre de su tiempo y de su circunstancia.
Fotografía: Pasión por México