Don Antonio Vanegas nació aquí en 1850.
Hizo florecer su negocio en Ciudad de México y se dedicó a hacer arte y divulgar la cultura popular con volantes como este.
El enorme José Guadalupe Posada fue su grabador de cabecera y no hubo poesía punta de lanza ni crítica política que no pasara por el taller de don Antonio, garantía de difusión a miles de personas analfabetas, a quienes un puñado de gente letrada, con todo gusto, leía en voz alta.