En los años 30 y 40 del siglo pasado, la costumbre poblana dictó que quienes acudieran el día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos al cementerio para honrar a sus seres queridos fallecidos llegaran con su vestuario más elegante. Así lo evidencia esta imagen, donde se distingue al deudo de los trabajadores y a la dama de las monjas.
Fotografía: INAH