Es el exconvento de Santa Rosa, que asiló a las monjas dominicas desde 1697 y con las Leyes de Reforma se volvió “Hospital de dementes”, como pudo verse en su puerta desde 1859.
En 1926 se preservó la cocina de mosaico para museo de cerámica y el resto se volvió vecindad hasta 1973, que se transformó en museo de artesanías.
Fotografía: INAH