Meses después del terremoto de junio de 1999, empezaron las labores de reconstrucción.
Un proceso que a la fecha, sin exagerar, sigue sin concluir.
En la capital de Puebla, los edificios con mayores daños fueron:
El Palacio Municipal.
El edificio Carolino de la BUAP.
La Biblioteca Palafoxiana.
Las Iglesias del Carmen, San Francisco, de la Compañía de Jesús, de San Agustín, de San Gabriel, de San Cristóbal…
Y la Catedral, que se ve a lo lejos, diminuta, pero en pie.
Estoica.
Imperturbable.
Inasible.
Pero sobre todo:
Fiel testigo, como siempre, del lento pero azaroso paso de nuestra historia.