¿Y cómo olvidarlo?
¿Cómo no recordar al terror de los gobiernos?
¿A la pesadilla, literal, de las autoridades?
A ese hombre diminuto que aparece en primer plano.
Y que luce tan inofensivo, con su sombrero y su barba rala.
Pero que, como un gigante, logró lo que parecía imposible.
El movimiento campesino que encabezó en los 90, tumbó el proyecto Milenio.
Un proyecto que hoy muchos denominarían “fifí”.
Y que convertiría cientos de hectáreas ejidales en clubes de golf, fraccionamientos de lujo y naves industriales en la zona de Tepeaca.
Un despojo en regla.
La proeza es uno de los capítulos más gloriosos de la historia contemporánea de Puebla.
Ironías de la vida, hoy Concho Colotla es todo un empresario.
En San Pablo Actipan, donde radica, está al frente de tortillerías y pollerías que administra con la sapiencia de un profesional.
Como diría él, ya es un hombre “normal”.
Sin embargo, cuentan que a Melquiades Morales, aún se le aparece en sus pesadillas.