Un día como hoy, de hace 66 años, en plena Guerra Fría, Laika, una perra mestiza recogida de las calles de Moscú, se convirtió en el primer ser vivo enviado al espacio exterior.
Un mes después de que fue puesto en órbita el primer Sputnik soviético, el segundo satélite artificial de la historia despegó con el animal a bordo, a más de 28 mil kilómetros por hora.
Laika falleció unas cinco horas después del despegue, pues la temperatura dentro de la cabina llegó a 41° centígrados y desde el inicio del proyecto se acordó que el can no podría ser recuperado.