Ser inclusivo se trata más de acciones no discriminatorias que de un lenguaje que no se sabe aplicar. Miguel Franco, médico, sexólogo, sexcoach y conferencista explica que cambiar la letras “a” y “e” a las palabras no significa que se reconozca la inclusión y derecho a la diversidad.
Explicó que no es necesario decir “maestras y maestros”, pues, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua, palabras como “maestros” ya incluyen ambos géneros. Miguel Franco expuso además que la Real Academia no reconoce el uso de la “@” o la “x” para englobar los dos géneros, como algunos lo piensan.
Al referirse a palabras como “niñes”, “todes y “alumnes”, el conferencista asegura que el responsable del uso de estos términos es un feminismo que sólo genera descontrol.
Por su parte, Adán Cabral, escritor y profesor de Español, señala que no es necesario alterar el orden gramatical, pues la inclusión y el respeto no se dan en el lenguaje, sino en las acciones.
El académico añade que muchos políticos lo usan al pretender ser incluyentes, pero la realidad es que expresiones como “todxs” o “tod@s” no tienen una pronunciación, por lo que se debe respetar el lenguaje.