Por: DIANA LÓPEZ SILVA
A casi un año de la pandemia, 98% de los mexicanos afirma usar cubrebocas cuando sale de su hogar. Por ello, esta prenda de protección sanitaria ha pasado a ser un objeto de primera necesidad obligatoria y un accesorio digno de pasarela, al darle “estilo y color a la pandemia”.
De acuerdo con Consulta Mitofsky, desde septiembre de 2020 97.5% de las personas encuestadas afirmaron usar siempre cubrebocas o la mayoría de veces, sólo 2.5% admitió que se lo pone a veces o nunca.
El aumento de su uso tiene relación con el nivel de miedo a morir. De acuerdo con la Quincuagésima Cuarta Encuesta Nacional sobre Coronavirus en México 2021, de Mitofsky, 58% del personal médico entrevistado teme contagiarse de COVID-19 y 79% conoce a alguien que haya muerto por este virus.
En la población en general también creció este temor.
Desde el 8 de marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia, el estudio mostraba que sólo 35.2% de los encuestados manifestó mucho miedo a morir a causa del coronavirus, mientras que 62.5% decía que poco o nada.
Para el 22 de marzo, 44.9% dijo tener mucho miedo y 49.6% seguía con poco o nada de temor a morir por contagiarse. A partir de esa fecha, la tendencia fue al alza en cuanto a las personas que mostraron temor a contagiarse de COVID-19 y para el 14 de febrero de 2021 cambió la tendencia, ya que 70.1% de los entrevistados afirma sentir miedo a morir de coronavirus, contra 22.8% de personas que siguen incrédulos.
El cubrebocas no llegó de la mano de su popularidad, sino que su adaptación “al gusto” de las personas ha sido paulatina; primero fue una imposición por decreto gubernamental, pero con el uso cotidiano se ha convertido en una extensión de las personas, quienes en la medida de sus posibilidades eligen diseños y colores de acuerdo a su estilo y personalidad.
“LE DA COLOR A LA PANDEMIA”
En un sondeo en el centro histórico de Puebla, jóvenes entrevistados expresaron que aún sienten incomodidad al usar cubrebocas, pues algunos experimentaron reacciones alérgicas de esta prenda.
Sin embargo, señalaron que poco a poco se han ido habituando e incluso se pronunciaron por seguir implementando el uso obligatorio entre la población, hasta que la pandemia sea controlada con la aplicación de las vacunas.
A pesar de estar conscientes que no es un dispositivo 100% seguro para evitar que personas con el virus contagien a otros, reconocieron que sí ha sido útil para evitar la propagación.
Un estudiante de Administración reconoció que le genera incomodidad al no poder respirar bien y tener algo en la cara que impide hablar con comodidad; sin embargo, reconoció que es importante usarlo para evitar contagiar a otros, en especial si quien lo usa es asintomático.
Además, señaló que la sociedad ha entendido la importancia de usarlo que hay gran diversidad de diseños y “eso le da color a la pandemia”.
En el caso de las mujeres, una joven oficinista señaló que ha sido muy incómodo por el uso de maquillaje. A pesar de la incomodidad, se pronunció por anteponer la salud a la imagen personal.
Confesó que carga casi una decena de cubrebocas, porque suele olvidarlo en casa y prefiere evitar comprarlos en la calle.
Otro joven coincidió en la incomodidad, sobre todo porque dice tener una alergia que le dificulta soportarlo, sin embargo, aseguró usarlo todo el tiempo, a pesar de estar ya vacunado por ser trabajador de la salud.
Por el contrario, un joven –también trabajador de la salud– comentó que ya ni nota cuando lo trae puesto.
OPORTUNIDAD DE NEGOCIO
Para Dolores Rojano la pandemia representó desempleo, pero luego se convirtió en un proyecto de negocio fructífero, al diseñar cubrebocas, primero para su esposo y después para el público en general.
El diseño que hizo gustó tanto entre los compañeros de trabajo de su pareja, que poco a poco empezó a recibir pedidos y hoy se ha convertido en un negocio del cual es su propia jefa.
Parte del éxito de LolyPop, como se ha dado a conocer, es el diseño ergonómico de sus cubrebocas, de dos y tres capas, lavables y reutilizables y, por otra parte, su creatividad para elaborar diseños para personalizados para diferentes oficios y profesiones, como enfermeras, periodistas y fotógrafos, entre otros.
Además, debido al tiempo de duración de la pandemia, encontró la forma de diseñar cubrebocas temáticos, como Halloween y Navidad.
DIGNOS DE PASARELA
El 17 de febrero, el Consejo de la Comunicación y la Fundación Gonzalo Río Arronte llevaron a cabo la premiación del I Concurso Nacional de Diseño de Cubrebocas “Por todas y todos, úsalo bien”.
Debido a la importancia del uso del cubrebocas en la pandemia y su “normalización” como prenda más de vestir, el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) y la Secretaría de Salud federal participaron en la convocatoria y premiación, con el fin de fomentar la participación, principalmente de los jóvenes mexicanos en la promoción del uso correcto del cubrebocas.
Los organizadores recibieron mil 447 diseños, y entregaron al primer lugar una laptop y bocina como premio; el segundo lugar obtuvo una tablet y audífonos inalámbricos; el tercer lugar recibió una bicicleta y la saga de Harry Potter; habiendo seleccionado a jóvenes de Ciudad de México, Colima, Guerrero, Guanajuato, Puebla, Tlaxcala y Yucatán.
De hecho, el primer lugar de la Categoría 1, de 12 a 17 años, fue para Gabriel Monterde López, de 15 años de edad, originario de San Miguel del Progreso, comunidad de Huitzilan de Serdán, en el estado de Puebla, con su diseño “Matachiuj / Hecho a mano”.
“Los pueblos indígenas tienen poco acceso a la información en su propia lengua sobre el COVID-19, por eso diseñé a mano un cubrebocas que incluye imágenes para las personas que no saben leer, con las leyendas en náhuatl ‘Lávate las manos/ Usa cubrebocas’ para expandir su uso en la comunidad”, explicó Gabriel Monterde.
El primer lugar de la Categoría 2, de18 a 23 años, fue para Alejandro Medina Pérez, joven de 20 años y originario de Ciudad de México con su diseño “Resiliencia Naufragante”. El primer lugar de la categoría de 3, de 24 a 29 años, fue para Fabián Maximiliano González Pérez, con 25 años de edad originario de Ciudad de México, con su diseño “Tlaloque”.
En la premiación, Javier Moctezuma Barragán, director general de la Fundación Gonzalo Río Arronte, citó que, al inicio de la campaña, apenas 75% de la población consideraba que servía mucho utilizar los cubrebocas, casi 20% consideraba que era un auxiliar y 4.3% decía que era muy poco lo que servía.
“La última encuesta de Mitofsky nos dice que 85% considera que es muy importante el cubrebocas (estamos hablando de 10% más de la población), las personas que consideran el cubrebocas como auxiliar bajó de 20% a 12%, y el número de personas que simplemente no lo utilizan bajó de 4.3% a 1.5%. Como vemos, algo tan simple como el cubrebocas ayuda a salvar vidas”, dijo.
La Organización Mundial de la Salud ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso del cubrebocas, conforme avanza la ciencia en la generación de vacunas; recientemente, pidió evitar el uso de cubrebocas con válvula de exhalación, debido a que impiden la filtración y los hacen “inservibles” para controlar la transmisión de una persona infectada.
Farmacias, centros comerciales, mercados, tiendas en línea, puestos de periódico, tiendas de cosméticos y puestos ambulantes ofrecen una amplia gama de cubrebocas, desde los clásicos azules de uso médico, hasta los de lentejuelas, pasando por los que muestran expresiones faciales o máscaras de lucha libre y logos de diseñador, el cubrebocas pasó a ser un accesorio de protección, estilo y creatividad.