Por: Alejandro Cañedo Priesca
Durante muchos años se utilizó el nombre de colonia para referirse a las lociones o los perfumes que las personas podrían comprar para oler bien.
Muchas de estas fragancias eran importadas y había –para algunos– un desconocimiento sobre el origen del nombre, esto sucede comúnmente en productos de consumo, cuyo uso se percibe más que el nombre del lugar de donde viene o es fabricado.
Así pasa también con marcas de agua y quesos, pero por ahora platicaré de una ciudad que, aunque su nombre suena por todos lados, su origen y profundidad cultural, histórica, empresarial y educativa la hace ser una de las principales de Alemania.
Me refiero a Colonia, que fue fundada en el año 38 aC como la “Ciudad de los ubios” y posteriormente se declaró como colonia romana con el nombre de Colonia Ara Agrippinensium, en honor a la emperatriz Agripina, esposa del emperador Claudio.
Con el paso del tiempo perdió el nombre de la emperatriz y se quedó con el de Colonia o “Koln”, como se conoce en alemán.
El punto de mayor relevancia de Colonia es su Catedral católica, de origen gótico, que fue durante muchos años y hasta 1884 la construcción más alta del mundo, con 154 metros de altura.
Fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1996. Durante la Segunda Guerra Mundial fue bombardeada, lo cual provocó daños a su estructura, pero pudo ser restaurada y dejarla en buenas condiciones para el culto y su visita.
Entre los puntos más importantes de Colonia a destacar se encuentran: El Puente de Hohenzollern, que es una gran estructura por donde cada día pasan miles de personas y trenes, el Museo del Chocolate y el Museo Romano-Germánico, que tiene como pieza fundamental el mosaico romano de Dionisio del siglo III.
Una buena costumbre de los locales es pasear en los parques como el Rheinpark y caminar por calle Schildergasse, que tiene una gran variedad de tiendas y que durante diciembre se llena de mercados navideños, así como disfrutar la gastronomía local, como un Rheinischer Sauerbraten –que es un adobo de carne de caballo– acompañado de un guiso agridulce o un Apfelmus –que es un puré de manzana– y para tomar una cerveza local, que es de fama mundial.
Viajemos juntos.