Mariana Flores
En pie de guerra contra la COVID-19, los doctores Joaquín González Arroyo, quien era director del Hospital General de Tepeaca, y su esposa la ginecóloga Janet Ballinas, murieron por complicaciones de coronavirus.
El hecho conmocionó a la comunidad de bata blanca de la entidad, que en redes sociales reconoció la entrega del matrimonio para hacer frente a la contingencia.
Ayer por la mañana, el titular de la Secretaría de Salud de Puebla, José Antonio Martínez García, confirmó el fallecimiento del médico anestesiólogo, quien murió la tarde del lunes 11 de enero, luego de permanecer en terapia intensiva en el Hospital Regional del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
También dio a conocer que su esposa Janet Ballinas –originaria de Acatzingo– se encontraba en estado crítico y conectada a un ventilador.
Por la tarde, personal del ISSSTE confirmó su muerte a causa de COVID-19.
Los padres de Janet también se encuentran internados en el hospital, aunque su diagnóstico es reservado.
Los familiares de González Arroyo –originarios de Querétaro– hicieron un exhorto a la población a ser consciente y creer en la enfermedad que “no da tregua”.
Revelaron que Joaquín mostró su vocación por la medicina desde niño, al unirse a la brigada de primeros auxilios, cuando estudió en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (Cenhch).
Por tratarse de un miembro activo, Joaquín estaría contemplado en la primera etapa de vacunación contra la COVID-19, sin embargo, se contagió en julio del 2020 y seis meses después, la reinfección le causó la muerte a él y a su esposa.
Hasta el 10 de enero han fallecido 100 médicos por coronavirus en Puebla.