Jesús Peña
“Si piensan que por ocultar los cigarros van a dejar de venderse o de fumar, están mal”.
Así lo refirió el dueño de una tienda al oriente de Puebla capital, que retiró del frente de su exhibidor las cajetillas publicitarias, para cumplir con las nuevas disposiciones de la Ley General para el Control del Tabaco.
En un recorrido por varios negocios pequeños, farmacias y algunos minisúper, se pudo observar cómo los espacios destinados a los productos elaborados con tabaco fueron cubiertos, para evitar su exposición al público en general.
Propietario de una miscelanea, uno de los entrevistados comentó que esta nueva normativa no tendrá el efecto positivo que se anuncia porque la gente que es fumadora no dejará esta práctica sólo por no ver el producto, ni tampoco por el aumento de precio.
“Quien ya consume viene a buscar su cajetilla. La verdad es que desde hace tiempo, con el incremento que ha tenido el cigarro, lo que muchos han hecho es cambiar de marca, comprar las más baratas, pero no dejan de consumir”, indicó.
Confió en que sus ventas no se vean afectadas por la nueva disposición, que –incluso– cree que será temporal, pues así se lo han dicho las mismas personas que le surten el producto.
En un minisúper, la encargada reconoció su desconocimiento sobre la nueva disposición, sólo recibió la instrucción de tapar las cajetillas de cigarros, pero agregó que, al menos ayer, durante su jornada laboral, seguía vendiendo al mismo ritmo.
“Es que la gente ya viene sabiendo lo que va a comprar, no ven las diferentes marcas, no escogen como lo hacen como cualquier otro producto, vienen y te dicen ‘me da una cajetilla de tal marca y con tantos cigarros’, porque ya lo consumen”, explicó.
La nueva normatividad fue justificada por la Secretaría de Salud federal con base en las siguientes estadísticas: en México, uno de cada ocho mexicanos (16 millones) son fumadores, esto origina 173 muertes diarias por causas relacionadas con tabaquismo; la meta es prevenir 49 mil muertes prematuras y 292 mil nuevos casos de enfermedades asociadas en los próximos 10 años, además de ahorrar 116 mil millones de pesos anuales en atención a pacientes.
La ley también prevé una sanción para quien fume en espacios prohibidos todos los públicos–, que será de 10 a 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que a partir del 1 de febrero estará fijada en 103.74, por lo que los montos oscilan entre los mil 37 y los 3 mil 112 pesos.
Por otra parte, el pasado jueves, diferentes cámaras, asociaciones y confederaciones de la iniciativa privada emitieron un posicionamiento en el que critican las nuevas disposiciones.
“El reglamento rebasa lo previsto por la ley. La Secretaría de Salud excede sus facultades al asumir funciones de legislador y sería la primera vez en el país que, por disposición oficial, se oculte un producto legal para su venta”, cita el escrito.
Se precisa que las 600 mil tiendas registradas por el Inegi serán las principales afectadas, pues la venta de cigarros equivale a 15% de su facturación.
En sexenio de Fox inició prohibición
Fue el presidente Vicente Fox Quesada quien el 19 de enero de 2004 (hace 19 años), mediante una reforma a la Ley General de Salud, dio inicio a las restricciones para la venta y consumo de tabaco.
Entre las disposiciones que se aprobaron, está la obligación de colocar en los empaques de cigarros las leyendas: “Dejar de fumar, reduce importantes riesgos en la salud”, “fumar es causa de cáncer y enfisema pulmonar” y fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro y de bajo peso en el recién nacido”.
Además, se estableció que en ningún caso y de ninguna forma se podrá expender o suministrar tabaco a menores de edad.
También se prohibió la venta de cigarros en farmacias, boticas, hospitales y escuelas desde preescolar hasta bachillerato o preparatoria.
Los hospitales delimitaron áreas para fumadores.
En el sexenio de Fox Quesada (2000-2006), primer presidente emanado del PAN, se suprimió la publicidad de tabaco en cine, radio, televisión y medios impresos; incluso se prohibió la promoción de productos con nicotina vía regalos, así como los anuncios exteriores cerca de escuelas, hospitales, parques, clubes deportivos o familiares.
Más aún, tampoco se debía relacionar al tabaco con ideas o imágenes atléticas o deportivas y depopularidad; con ello, tampoco se podía mostrar a celebridades o figuras públicas en su publicidad.