Por: Felipe Flores Núñez
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP)
Para la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), el contexto de la pandemia pone a prueba entereza, vocación, creatividad, profesionalismo y capacidad de adaptación de todos sus actores del proceso educativo, para lo cual asegura estar preparada.
Plantea como reto institucional a corto plazo desarrollar sus actividades con calidad y calidez, centrada en el desarrollo pleno de la persona.
Como modelo educativo recurrirá en este curso lectivo a la multimodalidad, así como a un sistema mixto y digital, con la ventaja de que su plataforma tecnológica les permitió migrar rápidamente a la modalidad virtual y destaca que aplicará capacitación continua a docentes, además de ofrecer servicios de asistencia médica y emocional a la comunidad universitaria.
—¿Qué tanto impactó la pandemia del COVID-19, qué afectaciones han tenido hasta ahora y cómo han superado a contingencia?
—Ha impactado sobre todo en la referente a la presencialidad, afectando el desarrollo de actividades como estancias, clínicas y actividades extracurriculares.
Gracias a la plataforma tecnológica con la que cuenta la UPAEP permitió migrar rápidamente a la modalidad virtual, de igual manera varias de las actividades complementarias a la formación académica se han diseñado e implementado en línea, tales como: cultura, bellas artes, servicio social, prácticas profesionales, tutorías, asesorías, procesos de titulación, etcétera.
Hay capacitación continua a los docentes y acompañamiento personalizado y servicios de asistencia médica y emocional a la comunidad universitaria.
—¿Cuáles son los principales retos institucionales a corto, mediano y largo plazo?
—A corto plazo, el reto institucional será el desarrollo de las actividades de docencia, investigación y extensión con calidad y calidez. La motivación a los estudiantes para continuar su formación profesional.
En mediano plazo, el desarrollo creativo y diferente de la parte práctica especializada de algunas de las asignaturas de los planes de estudios. Y a largo plazo, la oferta de programas y servicios académicos de forma multimodal, aprovechando los aprendizajes de la enseñanza en línea.
—Los cambios prontos y radicales a los que están obligados en los procesos de enseñanza, ¿podrían incidir en perjuicio de la calidad académica?
—Uno de los procesos educativos más importantes y retadores de la enseñanza en línea, lo es el proceso de evaluación. El cual debe ser en este contexto capaz de valorar no solo los conocimientos de los estudiantes, sino también el nivel de desarrollo de las competencias esperadas en cada una de las asignaturas.
—Se habla de la necesidad de aplicar toda una reingeniería académica, ¿cambiarán a futuro próximo los modelos de enseñanza que están diseñados para clases presenciales o en su momento habrá un retorno al esquema educativo tradicional?
—De hecho, ya hicimos una primera actualización de nuestro modelo educativo, que si bien es cierto estaba ya adecuada a las tendencias educativas actuales, y a las metodologías activas. Ante esta contingencia hemos transitado ya a un modelo de enseñanza, multimodal, mixto y digital. Uno de los aprendizajes de esta nueva realidad, es que no puede haber retorno, más bien una incorporación de los aprendizajes de estos últimos meses a todo el proceso educativo.
—¿Qué hacer en los casos que implican la convivencia entre alumnos, por la necesidad de utilizar talleres, laboratorios o centros de trabajo comunitario?
—Primero y en caso de presencialidad, seguir los protocolos de bioseguridad establecidos para cada una de estas áreas, segundo seguir los lineamientos generales de saturación de espacios y número de personas permitidas en ellas. Y por último, se hace necesario también un proceso de rediseño de los programas de laboratorios y prácticas, en cuanto al tipo de prácticas y la incorporación del uso de recursos tecnológicos en ellas, es decir fortalecerlos con softwares, simuladores, laboratorios virtuales, entro otros.
—¿Cómo se podrían suplir elementos fundamentales en el proceso educativo y formativo, como la interacción, el debate, el trabajo en equipo, la experiencia vivencial?
—Si bien es cierto que la presencialidad y el encuentro “cara a cara” entre el profesor y el estudiante es muy importante en un proceso formativo que busca no solo la transmisión de conocimiento, sino que se enfoca en una formación integral de las personas. También es cierto que la enseñanza en línea es un buen espacio para una interacción de calidad y con calidez, siempre y cuando el profesor se conciba como un formador de los estudiantes y no solo como un mero transmisor de conocimientos.
Por otro lado, el buen empleo de los recursos tecnológicos también favorece ambientes de aprendizaje dinámicos, interactivos y generadores de “encuentros profundos y significativos”
—Una amplia encuesta reciente entre estudiantes de la UNAM revela que ya padecen problemas sicológicos, como ansiedad y depresión, así como temores en su regreso a clases.
¿Cómo afrontar esta realidad?
—Sin lugar a dudas, las condiciones de este contexto de pandemia ha generado riesgos y mayor predisposición a este tipo de padecimientos, reitero que un buen proceso de acompañamiento y atención a los estudiantes puede ayudar a la detección y canalización oportuna.
En el caso de la UPAEP, desde nuestro Modelo de tutorías, favorecemos procesos de acompañamiento personalizado a los estudiantes, así como nuestro servicio de atención emocional en línea, han ayudado a aminorar el impacto de estas situaciones de riesgo en la salud mental.
—Los jóvenes están habituados al uso de diversas plataformas pero no todos tienen habilidades e incluso algunos carecen de recursos económicos para dotarse de equipos tecnológicos. ¿Qué hacer en estos casos?, ¿se corre el riesgo de exclusión?
—Desde la Vicerrectorías Académica se activó un programa de Aseguramiento de la Calidad de la enseñanza virtual, el cual nos permitió identificar este tipo de situaciones y acercar propuestas de solución a los estudiantes, tales como canalizarlos para apoyos de financiamiento y espacios adecuados para asegurar la conectividad.
—¿Qué hacer con los profesores que no están habituados a la enseñanza virtual y no cuentan con herramientas pedagógicas para dar clases en línea; podrían incluso los docentes estar en riesgo de perder su empleos ante esta adversidad?
—Desde el inicio de la pandemia y previo al momento del confinamiento, la UPAEP estableció programas de capacitación para la enseñanza virtual, tanto en los temas de un mayor aprovechamiento de la infraestructura con la que ya se contaba, como en la incorporación de herramientas didácticas de enseñanza virtual.
Además de la capacitación sobre la dinamización de las clases y el diseño de aulas virtuales interactivas. Nuestros docentes no están en riesgo de perder su empleo, porque se han sumado a estos programas de capacitación, además de llevar con ellos un acompañamiento personalizado tipo mentorías académicas.
—¿Cuál sería su comentario final ante esta realidad?
—La educación en tiempos de crisis se ha convertido en uno de los retos más importantes de las instituciones educativas en los últimos meses a nivel mundial, y la UPAEP no ha sido ajena a este reto. En este contexto, se pone a prueba la entereza, vocación, creatividad, profesionalismo y capacidad de adaptación de todos los actores involucrados el proceso educativo.
Si bien es cierto que, la transición emergente de un estado de normalidad hacia un contexto de incertidumbre, trajo consigo la necesidad de realizar adaptaciones y cambios en los procesos pedagógicos, recursos instrumentales y tecnológicos, así como de pensamiento y emocionales de profesores y estudiantes para afrontar las adversidades que se presentan.
En la UPAEP hemos estado aprendiendo y adaptándonos a este nuevo contexto, incorporando los aprendizajes que hemos ido adquiriendo en últimos meses, y estamos preparados para el nuevo reto que se nos presenta en este nuevo ciclo escolar para brindar una formación profesional y personal a nuestros estudiantes, siempre con calidad y centrado en el desarrollo pleno de la persona.