Fotos: Agencia Enfoque
El proyecto de instalación de parquímetros en el Centro Histórico de Puebla luce más como una urgente necesidad, que como un capricho o una medida recaudatoria por parte del ayuntamiento de Puebla.
Basta darse una vuelta, cualquier día, por las principales calles del primer cuadro de esta capital para constatar el caos, el desorden y la anarquía.
Dobles filas, apartados sin fin –con cubetas, piedras, canastas, cajas de madera o lo que haya a la mano– e innumerables franeleros (los famosos “viene, viene”), que llegan a cobrarte hasta 50 pesos por darte un lugar para estacionarte, o de lo contrario tu automóvil podría sufrir las consecuencias.
A finales de la pasada semana, el presidente municipal, Eduardo Rivera Pérez, lo dejó en claro: “Los parquímetros, por el amor de Dios, existen en San Pedro Cholula, existen en Zacatlán de las Manzanas; por el amor de Dios, existen en la Ciudad de México, existen en París, existen en Montreal, existen en Washington y Nueva York, creo que también nosotros como ciudad tenemos que plantearnos una visión moderna”.
También comentó que está consciente de que no es una decisión fácil, que el tema tiene pros y contras, pero que antes de aprobarlo se escuchará a todas las voces.
¿Son los parquímetros una solución a la eterna problemática del corazón de la ciudad de Puebla?