Por: Mariana Flores
Lucy sabía del cáncer de mama, había oído y visto cómo debía autoexplorarse. Pero nunca se enfrentó al espejo para conocer el tejido de sus senos, su textura, los volúmenes ni el aspecto de la piel.
“Nunca lo consideré necesario; pensaba que nunca me iba a pasar a mí; tampoco a mi hija se lo inculqué”.
Hace cinco años, le dolió una axila. Tanto, que no podía bajar el brazo. Tras semanas de exámenes, le diagnosticaron cáncer de mama.
Seis meses de quimioterapia fueron insuficientes. Las células de cáncer abarcaron todo el seno. El 14 de octubre del 2016 se lo extirparon.
“Vivir con una prótesis es como vivir con un agregado, no hay cómo describir. Es como si te vieras al espejo y te faltara una parte de ti. Es como si te quitaran una parte de ser mujer”, considera.
Lucía Cisneros Martínez tiene 54 años.
“No me mal entiendan; agradezco estar viva. Este cáncer es mortal. Pero cuando me veo al espejo, es como ver media mujer; los dos senos me hacían yo. Incluso la vida íntima se volvió una serie de episodios de inseguridad”.
La pérdida le provocó una depresión fuerte. Su esposo la apoyó, cuenta, y la motiva para hacer de la cicatriz de su pecho parte de su identidad.
Empezar a los 20 años
Guadalupe Rossete Castel, encargada del programa de cáncer de mama de la Secretaría de Salud del estado, y Alfonso Humberto García Córdoba, subdirector de Salud Pública, coincidieron: la detección temprana disminuye el riesgo de muerte.
A partir de los 20 años de edad se requiere la autoexploración para detectar cualquier anomalía, entre el día siete y el 10 de comenzada la menstruación, indicó Rossete Castel.
“Lo importante es notar cambios, incluso en un mes: bolitas, bultos, hundimientos en el pezón o en la forma del seno, cambios de coloración, cambios de tamaño o piel de naranja”.
“Las pacientes que llegan en etapa terminal o muy avanzada llevan más riesgo de muerte”, dijo el médico García Córdoba.
En México, el año pasado se registraron 29 mil 923 casos de cáncer de mama; 7 mil 931 fallecieron.
El autoexamen debe hacerse en cuello axilas y senos. Cualquier irregularidad o cambio es una señal de alerta “y tiene que atenderse de forma pronta”.
Pero hay tumores tan pequeños que no se detectan con la palpación; es necesario que a partir de los 40 años de edad se haga mastografía y ultrasonido, advirtió Jesús Salazar Ramírez, jefe del Servicio de Oncología Quirúrgica del Hospital de Especialidades “San José”.
“Un factor de riesgo es tener familiares con este cáncer”, señaló. Pero hay personas que lo padecen sin haber tenido antecedentes de casos en la familia.