Por primera vez en más de medio siglo, Puebla no tendrá su desfile conmemorativo de la Defensa del 5 de Mayo de 1862.
La parada cívico-militar, que cada año esperan las familias poblanas con beneplácito, no cambia de ruta esta vez, como ocurrió en otros años y con otros gobiernos, ahora un virus, mucho más poderoso, suspende un acto emblemático para los mexicanos.
El festejo que exalta la identidad y orgullo deberá esperar, opina el profesor Enrique Ibarra Caselín, muchos años protagonista de los desfiles de la gesta heroica de Puebla, primero, como alumno de la Primaria Melchor Ocampo, luego, como encargado de la organización del despliegue de escolares y militares en los últimos cuatro años de la administración del gobernador Manuel Bartlett Díaz.
“Para Puebla es un evento cívico, militar y cultural con gran significado, por todo lo que conlleva implícito: la lucha del Ejército Mexicano, los zacapoaxtlas y xochiapulcas, contra las fuerzas francesas. Pero hoy la batalla es más fuerte, porque está de por medio la vida humana”, indicó a Crónica Puebla.
Ibarra Caselín, director de Educación Física de la SEP de 1995 a 1999 y quien organizó las paradas cívico militares de esa época, considera que la ausencia de escolares, de militares, los contingentes de charros y carros alegóricos desfilando por las calles de Puebla, provoca un sentimiento de frustración y nostalgia.
“Socialmente impacta porque no logra que se reúnan cientos de familias a ver el paso gallardo del Ejército, ni el colorido de las instituciones educativas, que en cierta forma compiten por presentar sus mejores vestimentas, sus mejores bandas se música y su carros”, apuntó.
Recordó que desde el inicio de esta celebración, allá por los años 60 y hasta el año pasado nunca se interrumpió de ningún desfile.
Los contingentes se reunían primero en El Gallito, en la zona del Paseo Bravo, para marchas sobre la avenida Reforma hasta llegar a la calle 2 Norte, dar vuelta a la izquierda y continuar hasta el jardín de San José.
Al paso de los años, se cambió de ruta para trasladarlo a la 25 Oriente, bajando hasta el bulevar 5 de Mayo para finalizar en San Francisco.
Fue a iniciativa del coronel Raúl Velasco de Santiago cuando en el gobierno del don Guillermo Jiménez Morales se presentan los primeros carros alegóricos, construidos y diseñados por alumnos y maestros, con participaciones económicas que otorgará la SEP a las escuelas.
Lo vistoso de los carros alegóricos cambió en la administración morenovallista, porque los vehículos se adornaban con tecnología y a costos elevados en Ciudad de México; quitando la autenticidad e ingenio poblano.
“Puebla pierde mucho esta vez, pero es mejor a perder vidas como aquel 5 de mayo de 1862”, concluyó Ibarra Caselín.