La mayoría lleva cubrebocas, pero la sana distancia de más de metro y medio entre las rebajas y los meses sin intereses del Buen Fin es imposible. La gente se relaja, aunque la amenaza COVID-19 es latente.
Familias completas disfrutando un postre, con bolsas de lo que compraron en mano y recorriendo las calles del Centro Histórico de la capital del estado fueron la estampa de ayer.
LA FOTO Y EL TURIBUS
Los turistas también relajaron las medidas, no llevaban cubrebocas y hacían fila sin distancia social para abordar la unidad.
CHIGNAHUAPAN POR LAS ESFERAS
Las calles centrales se vieron abarrotadas, igual que los talleres y tiendas de artesanos como cada año.
No le temieron a COVID-19.