Problemas para dormir, conciencia de su mortalidad, dificultad para concentrarse, ataques de estrés y ansiedad fueron algunos de los estragos en materia de salud mental que originó la pandemia causada por el coronavirus, situaciones que llevaron a muchos a buscar la ayuda de un especialista para los pequeños de la casa.
Con base en la atención brindada durante la pandemia, expertos en temas de salud mental coincidieron en que, al entrar al tercer año de la pandemia, se han presentado cambios drásticos y significativos en la vida de todos, los cuales, en muchas ocasiones, superan la capacidad de las personas para manejarlos de manera efectiva, para que no afecten de manera negativa su día a día.
Ante esto, la atención psicológica se convirtió en la mejor herramienta para manejar este tipo de cambios y, aunque se tenía un concepto negativo del apoyo psicológico, la pandemia ha hecho que se acelere su aceptación e implementación en el cuidado de salud mental.
ATENCIÓN A MENORES
El DIF Municipal recibió a 7 mil 574 personas para atención psicológica de enero a octubre del 2021, de las cuales 32% (2 mil 386 personas) fueron menores de edad; los diagnósticos más recurrentes fueron depresión, ansiedad y problemas de adaptación a etapas de sus vidas.
De acuerdo con una solicitud de acceso a la información, el DIF municipal informó que, del total de menores que recibieron atención psicológica, la mayoría fueron mujeres, quienes representaron 57% (mil 366), mientras que el resto, 43% (mil 20), fueron hombres.
Las colonias con más casos de menores que solicitaron atención fueron las juntas auxiliares de San Baltazar Campeche y San Francisco Totimehuacan, sólo por debajo de la zona centro del municipio.
Los problemas que más se trataron fueron ansiedad, en 221 de los 2 mil 386 casos, seguidos de depresión en 24 casos.
También se atendieron casos de hiperactividad, problemas de atención, dificultades en las relaciones afectivas con los padres –tanto biológicos como políticos– y problemas de agresiones físicas o verbales.
La dependencia informó que la atención y el seguimiento que se da a las personas dependen del diagnóstico que se hace al momento de la valoración, por lo que se programan citas semanales o quincenales con los pacientes hasta que se determina que pueden ser dados de alta.
FALTA DE SOCIALIZACIÓN
Ataques de ansiedad, depresión, fallas en el proceso de socialización e incluso tendencias a episodios suicidas son algunas secuelas que presentaron los niños por no ir a clases presenciales.
Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), comentó que la escuela es un lugar donde los menores pueden desarrollarse de manera plena, debido a que cumplen con sus procesos cognitivos y de socialización, además de que en estos espacios se puede detectar si son víctimas de algún abuso.
Comentó que entre las principales afectaciones que se detectaron en menores se encuentran la pérdida de varias capacidades sociales, como la de interactuar con otras personas, generar vínculos, enriquecer su vocabulario e incluso aprender a controlar sus esfínteres.
En el caso de los adolescentes, se encuentran en una etapa de su vida en la que deben estrechar lazos y aprender a entablar relaciones afectivas con otras personas que les ayudarán en su desarrollo en la vida.
AVANZA MANEJO DE LAS EMOCIONES, CONSIDERA ESPECIALISTA
Nora Hemi Campos Rivera, doctora en Psicología Social de la Facultad de Psicología de la UNAM y académica de la Ibero Puebla, expresó que, a casi dos años de que inició la pandemia, las personas se hicieron más sensibles y empáticas con quienes se encuentran a su alrededor, lo que lleva a un mejor manejo de las emociones.
Campos Rivera sostuvo que se tuvo la necesidad de ser escuchados, de compartir experiencias y de entender que, al igual que cada individuo, todos están pasando por un proceso complicado de asimilación y manejo de situaciones.
La especialista apuntó que, a tres años, la gente aprendió a manejar mejor sus emociones, a generar empatía y resiliencia, por lo que se puede decir que se avanzó de manera significativa en la comprensión de la atención a la saluda mental, pero consideró que aún falta mucho para hacer de este tema una prioridad.