Por: Guadalupe Juárez
La propagación de la COVID-19 en la entidad poblana provocó la pérdida de 32 mil 669 empleos formales durante 2020. Tan sólo en diciembre, en promedio, cada hora se perdieron ocho; 60% fueron puestos de permanentes.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en marzo –cuando inició la contingencia sanitaria en Puebla– había 622 mil 898 personas aseguradas por su empleador, para abril disminuyeron a 604 mil 361 y en diciembre terminaron en 590 mil 229 fuentes de empleo.
En cuanto a los trabajos permanentes, en el tercer mes del año pasado había 531 mil 660, en abril pasaron a 517 mil 400 y en diciembre 505 mil 188. Los puestos de trabajo eventuales pasaron de 91 mil 238 en marzo a 80 mil 126, es decir, se perdieron 11 mil 112, aunque para el último mes del año se recuperaron 4 mil 915.
En marzo, el gobierno estatal ordenó el cierre temporal de espacios públicos y comercios como salas de cine, teatros, auditorios, gimnasios, centros nocturnos, bares, discotecas y salones de fiestas e implementaron medidas estrictas en restaurantes como prohibir el servicio a comensales en mesa.
Hasta agosto, los restaurantes pudieron reabrir y en noviembre las salas de cine, aunque comercios como centros nocturnos, bares y auditorios seguían cerrados. Debido al incremento de contagios y fallecimientos por COVID-19al arranque de 2021, el gobierno estatal volvió a restringir las actividades no esenciales hasta el 11 de enero y luego extendió el plazo hasta el 25 de enero, para obligar a las personas a confinarse y que ya no creciera el número de infectados y hospitalizados.
La organización México ¿cómo vamos? calculó que, además de los empleos que se pierdan, la entidad tiene que generar 45 mil 375 empleos formales para la nueva demanda de egresados de instituciones de educación superior y personas mayores de 18 años de edad que se sumaran al mercado laboral.