Fotos: Imelda Medina, Agencia Enfoque
Detrás de las puertas están más seguras que en las banquetas, afirman ellas mismas, las trabajadoras sexuales que ejercen dentro de dos casonas del Centro Histórico de la ciudad de Puebla.
Los dos sitios son casonas remodeladas. Limpias.
Ahí, las mujeres tienen asientos, lugar para comer y baños, además de habitaciones.
Los hombres se acercan a las entradas y desde ahí miran hacia los interiores.
Ellas colocan sus sillas y bancas y bancos pegados a los muros que rodean el patio.
Hay señalética para salidas, punto de reunión en caso de sismo y extintores de incendio.