La peor crisis laboral en 90 años ocurrió en los 14 meses más recientes: la emergencia por COVID-19 agravó el desempleo y aumentaron los trabajos informales tanto como la población que no puede costear la canasta básica.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi indica que en Puebla estaban ocupadas 2 millones 722 mil 704 personas, al corte de diciembre del 2020, de las cuales 50.7% no tiene acceso a productos de primera necesidad (7.2% más que en 2019)
De cada 100 trabajadores, 74 labora en informalidad (2.1% más que en 2019), para dejar al estado como el quinto peor en este rubro.
La organización no gubernamental México, ¿cómo vamos?, con cifras de la ENOE y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), advierte la precariedad del gasto de la mitad de quienes trabajan.
Las cifras del Inegi indican que 2 millones 6 mil 612 trabajadores carecen de prestaciones laborales, como seguro social, vacaciones, Infonavit, afore, entre otras, al no tener un contrato.