La diputada Blanca Alcalá Ruiz (PRI) aseveró que urge legislar y crear nuevos andamiajes jurídicos para regular la práctica de “vientres de alquiler”.
Ello, porque sin parámetros mínimos de control, la maternidad subrogada podría equipararse a la nueva esclavitud y trata de personas del siglo XXI.
En un comunicado, indicó que la gestación subrogada pone a disposición de terceras personas el uso y explotación de mujeres para gestar a niños y niñas que serán entregados a personas que los han encargado, previo a una remuneración.
Estos casos ocurren en México y reciben nombres como gestación por sustitución, úteros subrogados o vientres de alquiler.
Alcalá Ruiz indicó que cifras recabadas de sitios web de clínicas privadas, artículos periodísticos y publicaciones en grupos de gestación subrogada, en el país rentar un vientre cuesta de 20 mil a 200 mil pesos.
Las cifras, dijo, pueden ser aún mayores.
De cara al arranque del próximo periodo ordinario de sesiones, destacó la necesidad de caminar hacia adelante para seguir fortaleciendo las leyes que protejan a las mujeres del país.
“Son temas delicados, pero los tenemos que abordar para que efectivamente puedan ser regulados y prohibidos en un momento dado”.
Hasta el momento, países como Canadá, Reino Unido, Grecia, Australia, Brasil, Uruguay, India o Sudáfrica permiten la práctica sólo cuando ocurre de forma altruista.
Esto es, que la persona gestante no recibe un pago por permitir la fecundación in vitro, el embarazo ni el parto.
Sin embargo, sí se subroga la medicación, los procedimientos de fecundación e implantación de embriones, la atención médica e incluso la alimentación.
La diferencia entre la maternidad altruista y la comercial consiste en que la compensación que recibe la persona gestante se fiscaliza en el segundo caso.
En México, los códigos civiles de Tabasco y Sinaloa permiten y regulan la gestación sustituta, indicó el abogado Iván Davydov a la BBC.
En tanto, en San Luis Potosí y Querétaro se prohíbe explícitamente la práctica.
Alcalá Ruiz también se pronunció a favor de aprobar enmiendas para garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres, debido a que, aunque en el discurso se argumente que hay piso parejo, en el tema de remuneraciones la situación sigue siendo desigual.