Por: Mariana Flores
Un refresco, un pan, y un café para el camino. Los colocan sobre el ataúd gris, en el centro de un cuarto de madera tan pequeño que apenas caben veladoras y cinco personas. Acompañan y despiden a Efrén, quien murió la madrugada del domingo.
Entre familiares y amigos, se encuentra presente su esposa, Tranquilina. Narra que todos en casa dormían cuando escucharon un intenso ruido.
Despertaron.
Segundos después tierra y lodo barrenaron los muros.
Todo quedó debajo de la masa compacta café, con troncos y ramas.
Ahí está la vivienda, a pocos metros del cuarto donde se vela a Efrén.
Se ve como barranca de lodo.
Y apenas se asoman las esquinas de la casa de dos cuartos y una sala donde cabe un comedor. En una habitación¡ se ve un pedazo de cama, lo demás es un cerro que entró perforando el muro.
En otro cuarto hecho de tablas, utilizado para almacenar granos y hortalizas, se vela a la otra persona fallecida la madrugada del domingo.
Es Eugenia, de 37 años de edad. Cuñada de Efrén, hermana de Tranquilina.
Eugenia no tuvo tiempo de huir. Quedó atrapada bajo toneladas de tierra.
Son dos de las tres víctimas mortales que dejó el huracán Grace en su paso por Puebla.
La tercera víctima fue un hombre, golpeado por un árbol derribado, en Huauchinango.
La comunidad de los dos funerales es Chicahuaxtla, perteneciente a Tlaola, municipio ubicado en la Sierra Norte de la entidad.
El resto del poblado se encuentra sin luz, también por el paso del huracán. En el lugar trabajan elementos de Protección Civil así como personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).