El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ratificó este jueves con su firma el proyecto de ley aprobado por el Senado y la Cámara de Representantes que convertirá el 19 de junio en festivo nacional para conmemorar la abolición de la esclavitud en Estados Unidos.
El Senado aprobó la normativa por unanimidad y en la Cámara de Representantes contó con 415 votos a favor y 15 en contra -todos republicanos de antiguos estados confederados-. Esta es la duodécima fiesta nacional en el calendario estadunidense. La última añadida fue el Día de Martin Luther King Jr., en 1983.
El nuevo feriado se considera un hito en el reconocimiento de la brutal historia de discriminación que han sufrido los afroamericanos que, desde la muerte de George Floyd e impulsado por el movimiento antirracista, ha sido un tema protagónico en el debate nacional.
El Juneteenth —que en inglés mezcla la palabra junio con 19— es una de las fiestas más antiguas en Estados Unidos. Es la fecha en que los últimos esclavos afroamericanos de Galveston (Texas) se enteraron de que eran libres en 1865, dos años después de la Proclamación de Emancipación firmada por el presidente Abraham Lincoln.
Han tenido que pasar 156 años para que el Estado dedique un día para rememorar esa tragedia, que desató una guerra civil y crímenes raciales hasta la fecha.
Es “un día de profundo peso y profundo poder” sostuvo Biden, en el que EU recuerda “el terrible precio que la esclavitud cobró en el país y sigue cobrando”. Como en otras ocasiones, el presidente estadounidense afirmó que “las grandes naciones no ignoran su pasado, lo reconocen para poder sanar”.
Aunque hasta ahora no se reconocía como feriado nacional, la comunidad negra suele reunirse ese día en las iglesias para recordar a sus antepasados, rezar por ellos, y luego beber jugo de fresa, que simboliza la sangre derramada.
Entre los presentes en la ceremonia para firmar el proyecto de ley en la Casa Blanca, encabezada por Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, estuvo presente Opal Lee, activista afroamericana de 94 años, que lideró el impulso para que el 19 de junio fuese una fiesta nacional.
Lee recibió una ovación de pie por parte de los presentes. “Estamos reunidos aquí en una casa construida por personas esclavizadas”, aseguró Harris.
La congresista demócrata por Texas, Sheila Jackson, afirmó esta semana que presentó la legsilación “para conmemorar el fin de la esclavitud, el pecado original de Estados Unidos, y para llevar a cabo la celebración, aplastando la división racial hasta un punto de unidad”.
INICIATIVA DE LA «EXTREMA IZQUIERDA»
El republicano Matt Rosendale, uno de los que votaron en contra de la ley, aseguró en un comunicado que el proyecto era un esfuerzo de la “extrema izquierda” para “hacer que los estadounidenses se sientan mal y convencerlos de que nuestro país es malvado” y “consagrar la historia racial de este país como el aspecto principal de nuestra historia nacional”.(La Crónica de Hoy)