El diario The Washington Post publica este sábado que el Buró Federal de Investigaciones de EU (FBI) cuenta con pruebas suficientes para considerar que, al menos una parte significativa del asalto al Capitolio, el 6 de enero, estuvo coordinada y premeditada.
Según archivos judiciales obtenidos por el diario, el FBI ha documentado numerosas instancias en que fanáticos del expresidente Donald Trump se oranizaron a través de redes sociales y en persona y clamaron la necesidad de estar “listos para la guerra” en el Capitolio.
El 5 de enero se organizaron numerosas caravanas desde diversos puntos del país, con la intención de dormir en Arlington, Virginia, en las afueras de la capital, o directamente en Washington, y estar preparados para el día siguiente.
Algunas de estas caravanas se hacían llamar nombres como “Caballería MAGA Para conectar caravanas patriotas para DetenerElRobo en DC”, según detectó el FBI en mapas publicados en redes afines a Trump, ahora desactivados, como TheDonald.win. Otro de estos mapas decía “Crear perímetro”, en torno al Capitolio, indicaron al diario capitalino fuentes del FBI.
“Prepárense para luchar. El Congreso debe escuchar cristales rompiéndose, puertas pateadas”, decía un comentario en esas redes.
“LISTOS PARA LA GUERRA”
Pero dentro de estas plataformas, específicamente en esa página web, algunos de los fanáticos de Trump iban más allá. Uno de los comentarios citados por el FBI afirmaba, por ejemplo, que los seguidores del presidente debían ir a Washington y ser “violentos”. “Dejemos de llamar a esto marcha, o mitin, o protesta. Vayan listos para la guerra. O conseguimos a nuestro presidente o morimos”, zanjaba el mensaje.
El Post cita el caso de Jessica Marie Watkins, una barista de Ohio quien creó su propia pequeña milicia ultraderechista que luego afilió a los Oath Keepers, un grupo paramilitar de extrema derecha que ha apoyado a Trump. Días después de las elecciones, Watkins enviaba mensajes a sus soldaditos diciéndoles que los necesitaba “en forma para luchar cuando llegue la inauguración”, el 20 de enero.
LAS BOMBAS, POSIBLE DISTRACCIÓN
Entre tanto, el FBI investiga también si las bombas caseras que aparecieron en la mañana del 6 de enero en los aledaños de las sedes del Comité Nacional Demócrata y el Comité Nacional Republicano fueron una maniobra organizada para distraer a la policía y facilitar el asalto al Congreso.
Esas bombas, que se detectaron a tiempo y no llegaron a estallar las colocaron durante la madrugada del 6 de enero, según informaciones recientes, por lo que fueron un acto premeditado y previo al salto.
ESPONTÁNEOS VS. MILICIANOS
El problema en estas investigaciones es distinguir entre quienes aparecieron ahí por su cuenta, aunque siguiendo la llamada de Trump, y los que efectivamente planificaron y coordinaron sus acciones. En el primer caso, recuerda el Post, no se les podría imputar la conspiración para asaltar el Congreso y estarían protegidos por la libertad de reunión. Otra cosa, claro, es lo que hicieran dentro del Capitolio.