La fuerza del agua rompió todo en la presa Edenville de Michigan, Estados Unidos, y dejó trozos de metal y cemento vueltos hilachos de los dos lados del gran lago.
En la línea que divide a Nicaragua y Costa Rica, los traileros siguen en línea, por tercer día consecutivo, comiendo lo que pueden en fogatas de camellón y barras para desescamar pescado improvisadas en las defensas de sus camiones, porque a 50 de ellos se les encontró contagio de coronavirus y se cerró la vía de comunicación entre los dos países.
Quienes optaron por tender puente entre el pasado de tortura y el presente fueron los uruguayos que ofrendaron luces y un mitin sin gente a los desaparecidos durante la dictadura.